στρατηγός
La estrategia militar (estrategia, del griego stratigos o strategos, στρατηγός, pl. στρατηγοί; en griego dórico: στραταγός, stratagos; literalmente significa: «jefe del ejército») es el planteamiento general utilizado por las organizaciones militares para intentar alcanzar los objetivos fijados.
La estrategia militar se ocupa del planeamiento y dirección de las campañas bélicas, así como del movimiento y disposición estratégica de las fuerzas armadas. El padre de la estrategia militar moderna, Carl von Clausewitz, la definía como "el empleo de las batallas para conseguir el fin de la guerra". De esta manera, daba prioridad a los objetivos políticos sobre los objetivos militares, apoyando el control civil sobre los asuntos militares.
«El general (strategos) debe estar seguro de poder explotar la situación en su provecho, según lo exijan las circunstancias. No está vinculado a procedimientos determinados.» Capítulo VIII versículo 9 de El arte de la guerra de Sun Tzu.
En las guerras convencionales tiene por objeto dirigir las tropas en el teatro de operaciones hasta llevarlas al campo de batalla. Es una de las tres facetas del arte de la guerra, las otras dos serían la táctica militar, que consiste en la correcta ejecución de los planes militares y las maniobras de las fuerzas de combate en la batalla. El tercer componente sería la logística militar, destinada a mantener el ejército y asegurar su disponibilidad y capacidad combativa.
La estrategia es la esencia misma del arte de la guerra, es una pauta que guía a la brutalidad por los arduos caminos que conducen a los éxitos concluyentes, la luz que alumbra las obscuridades del teatro de operaciones, velada siempre por la duda perenne de lo que pretende, de lo que intenta, de lo que hace el enemigo, y de los medios que posee para verificarlos, y la estrategia resulta tanto más complicada cuando más complicados son los medios de guerra, y es preciso lograr como principal propósito la ruina de la fuerza enemiga, y el modo de alcanzar dicho empeño entra en los dominios de la táctica, y pertenece al estado mayor la ciencia de la táctica sublime.
La táctica es el conjunto de reglas a que se ajustan en su ejecución las operaciones militares, y la concepción de un plan es el objeto de la estrategia, y el empleo de las tropas ventajosamente ante el adversario ya en la ofensiva ya en la defensiva es el objeto de la táctica, y lo difícil es concebir claramente esta, ya que si han de ser un conjunto reglas es para constituir un cuerpo de doctrina, pero lo cierto es que no hay reglas para vencer y es imposible considerar la táctica como un método positivo para alcanzar el fin que se propone, y solo es posible para muchos constituir la táctica como reunión de diversas reglas y elementos que la realidad del combate utiliza de mil modos diferentes, y quizá sin adecuarse a la pauta formulada por la teoría.
En la estrategia tiene que procurarse que el esfuerzo se efectúe conminando o intimidando en lo posible las comunicaciones del enemigo, sin exponer las propias, y se da el nombre de combinaciones estratégicas al conjunto de movimientos que debe ejecutar el ejército para lograr el objetivo propuesto, subordinadas al carácter que tenga la guerra, que pueden ser ofensivas, defensivas o mixtas.
Hay otra parte del arte militar que se halla de manera intrínseca engarzada con la estrategia, y nos referimos a la política de la guerra, que delimita los casos en que ésta es forzosa o ineludible, la zona del teatro de operaciones que debe optarse para llevarla a cabo, y examinar o tantear la indagación de alianzas y neutralidades, y tratar de arrebatárselas al enemigo, y continua desplegando un papel significativo durante la contienda pues procura conservar las alianzas o romper las que haya contraído el enemigo, interviniendo en los armisticios, fijando las condiciones en que ambos beligerantes deben subordinarse, y prepara y discute los tratados de paz a fin de sacar el mayor provecho de la victoria o atenuar las consecuencias de la derrota.
La estrategia determina el lugar donde debe emplearse la fuerza militar en el combate, el tiempo en que esta será utilizada y la magnitud que tendrá que adquirir. Esa triple determinación asume una influencia fundamental en el resultado del encuentro.
Estrategia y táctica: conceptos
En el arte de la guerra para lograr el fin primario de derrotar al enemigo, hacen falta muchos medios cada uno de ellos fundamental: sin armas no hay guerra posible, sin medios de supervivencia no pueden subsistir las tropas, multiplicando el número de las cosas necesarias para alcanzar la victoria, siendo no menos cierto que desde el punto de vista exclusivo del arte militar, para obtener el triunfo es preciso combinar y ejecutar un plan de guerra acertado de estrategia militar, y como consecuencia de este plan chocar en favorables condiciones con el adversario y destruir sus fuerzas de resistencia.
La noción del citado propósito, el arte de guiar las tropas hasta conducirlas en situaciones provechosas hasta el campo de batalla es el objeto de la estrategia militar, y el de usarlas meritoriamente contra el adversario, ya en ofensiva ya en defensiva, es el objeto de la táctica militar, aun habiendo tratadistas militares que admiten definir los límites de los campos de la acción de la estrategia y de la táctica, confundiendo ambos conceptos, siendo la táctica quien ejecuta los planes que proyecta la estrategia, y si la lucha es absolutamente trascendental en la guerra, a todas las sublimidades de la estrategia se superpondrá perpetuamente la dispar realidad de la táctica que muda con las armas y con los varios elementos de la guerra, siendo lo más complejo la táctica aplicada, por ser tan variables las circunstancias de la lucha, no debiendo pretender la táctica de manera dogmática caer en el escollo de prever todos los casos, y aunque debe discutir, analizar, presentar todo el conjunto de los medios de guerra, debe detenerse ante el precepto escueto.
Evolución contemporánea de la estrategia militar
La evolución tecnológica y la creciente complejidad del entorno geopolítico han transformado la naturaleza de la estrategia militar en el siglo XXI. A diferencia del pasado, donde las estrategias se concebían en términos de fuerza convencional, el pensamiento estratégico moderno incorpora dimensiones que trascienden el campo de batalla físico, como el ciberespacio, la desinformación, el dominio cognitivo y la guerra no lineal.
La estrategia ya no se limita a posicionar fuerzas militares ni a planear batallas decisivas: hoy debe integrar todos los instrumentos del poder nacional (militar, económico, diplomático, informativo), en un marco de “estrategia integral” que combine capacidades duras y blandas con objetivos políticos precisos. El estratega moderno opera en un entorno de alta incertidumbre, volatilidad e interdependencia global.
Guerra híbrida: un componente clave de la estrategia moderna
La guerra híbrida representa uno de los avances más significativos en el pensamiento estratégico actual. Este concepto describe una forma de conflicto que combina medios militares convencionales con operaciones irregulares, tácticas terroristas, ciberataques, guerra económica, sabotaje, campañas de desinformación y manipulación de narrativas a través de medios y redes sociales. Su objetivo es socavar a un adversario sin recurrir necesariamente a un conflicto abierto y convencional.
Esta forma de guerra no busca tanto la destrucción directa del enemigo como la desestabilización progresiva de sus estructuras sociales, políticas y militares. La guerra híbrida difumina la línea entre paz y guerra, entre combatientes y no combatientes, entre frente y retaguardia, lo que impone una revisión profunda de la estrategia tradicional. Requiere una capacidad de respuesta ágil, coordinada y multidimensional.
Dominio informativo y cognitivo
Un aspecto emergente de la estrategia militar contemporánea es el uso deliberado de la información como arma estratégica. La superioridad informacional —entendida como la capacidad de controlar, negar o manipular el flujo de información— puede ser decisiva en contextos de guerra híbrida. La estrategia moderna busca no solo influir en la voluntad del adversario, sino también moldear la percepción pública y condicionar la toma de decisiones en todos los niveles, incluidos los civiles.
Este enfoque ha dado lugar al concepto de “guerra cognitiva”, donde el objetivo no es el territorio ni las tropas enemigas, sino la mente del adversario: sus creencias, percepciones, valores y decisiones. La estrategia militar contemporánea debe entonces coordinar acciones cinéticas con operaciones psicológicas, comunicacionales y de ciberseguridad.
Integración de nuevas tecnologías estratégicas
Los desarrollos en inteligencia artificial, drones autónomos, satélites de observación, big data y sistemas de guerra electrónica han ampliado las posibilidades estratégicas. La recopilación y análisis en tiempo real de datos operacionales, combinada con la automatización de decisiones tácticas, transforma la manera en que se conciben y ejecutan los planes estratégicos. Esto requiere un rediseño de las doctrinas militares para adaptar el arte de la guerra a una era de superioridad basada en la información.
Preliminares
La estrategia militar, sin abandonar sus fundamentos clásicos —como la subordinación de los medios militares a los fines políticos o la importancia del teatro de operaciones— ha incorporado una serie de dimensiones nuevas que responden a la transformación del conflicto moderno. En este contexto, el strategos contemporáneo debe ser no solo un experto en maniobras bélicas, sino un operador complejo capaz de integrar múltiples dominios (físico, informativo, cibernético, psicológico) en un plan coherente, flexible y eficaz.
Wikipedia
IA Gnomos
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