Operación Niki (21 de julio de 1974)
La Operación Niki o Victoria, llevada a cabo la tarde del 21 de julio de 1974, fue un esfuerzo militar griego durante el conflicto en Chipre destinado a intervenir directamente contra las fuerzas turcas mediante un desembarco aéreo en Nicosia. La operación se cita a menudo como un ejemplo de las importantes deficiencias tácticas y estratégicas que afectaron a las fuerzas griegas y turcas durante la campaña de Chipre.
Antecedentes
El conflicto de Chipre en 1974 surgió de una compleja combinación de tensiones interétnicas, inestabilidad política e intervenciones externas. Turquía lanzó una invasión de Chipre el 20 de julio de 1974, tras un golpe de Estado liderado por Grecia destinado a unificar Chipre con Grecia. Esta invasión, llamada en código Operación Atila, dio lugar a un rápido avance turco, que capturó una parte importante de la isla.
La operación
La Operación Victoria fue concebida por la junta militar griega como una contramedida a la invasión turca. El plan implicaba un rápido despliegue de tropas aerotransportadas griegas para reforzar a la asediada Guardia Nacional grecochipriota y resistir a las fuerzas turcas. Elementos clave del plan:
- Desembarco aéreo: los paracaidistas griegos debían ser transportados por aire y lanzados cerca de Nicosia, la capital de Chipre, para reforzar las defensas y potencialmente hacer retroceder a las fuerzas turcas.
- Coordinación: la operación requirió una coordinación precisa entre las unidades aéreas y terrestres, incluido el uso de aeronaves griegas para transportar y apoyar a las tropas.
De los 15 Noratlas que despegaron, 13 llegaron a Chipre y los dos restantes aterrizaron en Creta y Rodas debido a problemas mecánicos. Al llegar al Aeropuerto Internacional de Nicosia alrededor de las 02:00 a. m., el avión fue atacado por artilleros antiaéreos de la Guardia Nacional chipriota del 195.º batallón MEA/AP, que no estaban informados sobre su llegada y los confundieron con un asalto aéreo turco. Como resultado, el 4.º Noratlas (Niki-4) recibió un intenso fuego y fue derribado a dos millas de la pista con la pérdida de cuatro tripulantes y 27 comandos. Dos comandos más murieron y 10 resultaron heridos a bordo del Niki-6, que aterrizó con ambos motores gravemente dañados. Otro avión Noratlas (Niki-3) resultó gravemente dañado y no pudo despegar de nuevo. Otro avión (Niki-12) no tenía suficiente combustible para el vuelo de regreso. Estos aviones fueron destruidos en tierra por el copiloto y el ingeniero del Niki 12, siguiendo órdenes del Cuartel General de la Fuerza Aérea Helénica. La razón para hacerlo fue que Grecia no estaba oficialmente en guerra con Turquía, por lo que cualquier evidencia de participación griega en las operaciones en Chipre debía ser borrada. Los nueve aviones restantes lograron regresar sanos y salvos a Grecia después de desembarcar sus tropas.
Ejecución y resultados
La ejecución de la Operación Victoria se vio empañada por varios problemas críticos:
En primer lugar, la falta de inteligencia: las fuerzas griegas carecían de inteligencia precisa y oportuna sobre las posiciones y capacidades turcas. Esta brecha de información condujo a una planificación y ejecución deficientes. En segundo lugar, la mala coordinación: no hubo suficiente coordinación entre las unidades aerotransportadas y las fuerzas grecochipriotas locales. Los paracaidistas no se integraron adecuadamente en la estructura defensiva existente. Tercero, las fallas operativas: las aeronaves griegas enfrentaron desafíos significativos, incluida la navegación y comunicación inadecuadas, lo que llevó a lanzamientos desorganizados y una mala asignación de fuerzas. Cuarto, el fuego amigo: la operación se vio comprometida aún más por incidentes de fuego amigo, donde las fuerzas griegas atacaron por error a sus propias unidades, causando bajas y perturbando aún más la misión. Finalmente, la resistencia turca: El ejército turco, mejor preparado y mejor posicionado estratégicamente, contrarrestó eficazmente el asalto aéreo griego, infligiendo grandes pérdidas e impidiendo que los griegos alcanzaran sus objetivos.
Consecuencias
La Operación Victoria no logró sus objetivos y puso de relieve importantes fallos en la planificación y ejecución militar griega. El fracaso de esta operación, sumado a la ineficacia general de la respuesta griega a la invasión turca, condujo a un rápido deterioro de la posición griega en Chipre. Al final del conflicto, Turquía había asegurado el control de una parte sustancial de la isla, lo que llevó a una división duradera que persiste hasta el día de hoy.
La Operación Niki ha sido calificada de suicida. No se preparó bien y se utilizaron aviones viejos y poco fiables que volaban a muy baja altura y que solo contaban con un girocompás para orientarse. La mayoría de las tripulaciones de los aviones y los comandos no estaban familiarizados con el terreno de su destino. Las fuerzas de tierra en Nicosia no habían sido notificadas a tiempo de su llegada. La operación no tenía ninguna justificación táctica, sino un mero carácter simbólico y de estímulo moral. También se ha criticado la lógica de un puente aéreo en lugar de una operación de lanzamiento desde el aire.
Conclusión
La Operación Victoria sirve como un estudio de caso sobre la importancia de la inteligencia precisa, la coordinación eficaz y la planificación operativa sólida en las campañas militares. El intento griego de intervenir en Chipre mediante un desembarco aéreo demostró debilidades críticas en estas áreas, lo que en última instancia contribuyó al fracaso de la operación y dio forma al curso del conflicto de Chipre.
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