LANDEURO 2025: Una nueva doctrina para el flanco oriental de la OTAN
La
conferencia LANDEURO, celebrada los días 16 y 17 de julio de 2025 en
Wiesbaden (Alemania), representa un hito significativo en el debate
actual sobre seguridad y defensa en la Alianza del Atlántico Norte. Este
evento ha contribuido significativamente a definir las prioridades
estratégicas transatlánticas en un momento de cambio radical en el
entorno de seguridad europeo. El tema de la conferencia, "Transformando
con aliados para la lucha del futuro", captó con precisión el enfoque de
los ponentes en la modernización de la guerra, la aceleración de la
producción industrial, la interoperabilidad tecnológica y el desarrollo
de capacidades para responder a las amenazas del siglo XXI.
LANDEURO 2025: Una nueva doctrina para el flanco oriental de la OTAN | Shutterstock
El principal objetivo de LANDEURO es especificar los desafíos estratégicos y tecnológicos derivados de la continua agresión de Rusia contra Ucrania, así como dar seguimiento a las decisiones tomadas en la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya en junio. El discurso inaugural de la Secretaria General Adjunta de la OTAN, Radmila Šekerinská, demostró que la Alianza está experimentando una transformación fundamental. En sus palabras, la OTAN debe estar preparada para mantenerse firme en una prueba de fuerza y utilizar esa fuerza si es necesario. «El mundo no es lo que quisiéramos, sino lo que es: duro, inestable y lleno de actores agresivos que ponen a prueba nuestra determinación», declaró Šekerinská.
La tarea de la Alianza sigue siendo proteger a los mil millones de ciudadanos de sus Estados miembros, tanto ahora como a largo plazo. En este contexto, la viceministra Šekerinská recordó la decisión tomada en La Haya, donde se aprobó un plan para invertir el 5 % del PIB en defensa para 2035. De este monto, el 3,5 % se destinará al gasto militar directo, y el resto al desarrollo de infraestructura de seguridad y resiliencia social. Este compromiso de gran alcance representa un punto de inflexión en el pensamiento de defensa. Su implementación fortalecerá las capacidades de combate y la disuasión de la Alianza.
Uno de los principales mensajes de la conferencia LANDEURO fue la presentación del concepto de la "Línea de Disuasión del Flanco Oriental" por parte del General del Ejército estadounidense Christopher Donahue, comandante de las fuerzas estadounidenses en Europa y África (USAREUR-AF). Esta estrategia, con una importante participación de las fuerzas terrestres, responde a los crecientes riesgos de seguridad derivados de la política rusa hacia los estados vecinos. El General Donahue afirmó que los preparativos para la guerra ya no pueden basarse únicamente en los planes establecidos en las estrategias de los aliados occidentales. Hoy en día, el enemigo marca el ritmo. El concepto de la "Línea de Disuasión" busca crear un marco unificado para la defensa del flanco oriental de la OTAN, definir con precisión las capacidades necesarias y facilitar su desarrollo conjunto entre los miembros de la OTAN. Esto también promoverá la cooperación industrial y una mayor preparación operativa.
Christopher Donahue citó como ejemplo Kaliningrado, un enclave ruso entre Polonia y Lituania, considerado durante mucho tiempo un punto clave de posible escalada. Según él, la OTAN ahora es capaz de neutralizar esta zona con fuerzas terrestres en muy poco tiempo. De esta forma, expresó la disposición de la Alianza no solo a proteger su territorio, sino también a intervenir contra las fuerzas enemigas con gran eficacia si fuera necesario. La experiencia ucraniana también ha demostrado el despliegue exitoso de fuerzas terrestres contra las defensas aéreas y navales enemigas. Por lo tanto, la importancia del espacio terrestre en los conflictos modernos es cada vez mayor.
El concepto de Línea de Disuasión se basa en tres pilares principales. El primero es la creación de un entorno de datos común que permitirá a las fuerzas aliadas compartir información rápidamente. La OTAN ya ha adquirido el Sistema Inteligente Maven, desarrollado por la empresa estadounidense Palantir, que facilita el análisis de grandes cantidades de datos para respaldar las decisiones de mando y control. El segundo pilar es el desarrollo de sistemas de armas estandarizados, como lanzadores y municiones. El General Donahue instó a los socios de la industria a producir soluciones abiertas e interoperables. Estas soluciones deberían ser (en el caso de los vehículos) opcionalmente tripuladas y utilizables en diversos tipos de misiones. El tercer pilar es la reubicación de parte de la producción en el continente europeo. Esta medida reducirá la dependencia de los suministros extranjeros y permitirá un despliegue más rápido en caso de crisis.
Sin embargo, los aspectos técnicos son solo una parte de una transformación más amplia. Radmila Šekerinská enfatizó que la guerra en Ucrania ha traído consigo una combinación de tácticas tradicionales y tecnologías modernas. Las líneas de trincheras clásicas se complementan con el uso de drones, ciberataques y operaciones en el espacio de la información. Por lo tanto, la OTAN debe planificar operaciones que se desarrollen simultáneamente en diversos entornos: tierra, aire, mar, ciberespacio y en el ámbito de la información. Este enfoque, conocido como «operaciones multidominio», constituye la base de una nueva filosofía militar.
El general de brigada estadounidense Steven Carpenter, comandante del 56.º Comando Multidominio, advierte sobre las amenazas a todo el territorio del Estado. Los ataques suelen tener como objetivo objetivos militares, infraestructuras críticas, la economía o instituciones públicas simultáneamente. Por lo tanto, una defensa eficaz requiere la coordinación de las fuerzas armadas, la industria y los socios tecnológicos. La victoria en un conflicto solo será posible si las partes involucradas mantienen un alto nivel de preparación para el combate a largo plazo. Richard Creed, del Ejército de los EE. UU. (Dirección de Doctrina de Armas Combinadas), enfatizó la importancia del acuerdo lingüístico y procedimental entre todos los miembros de la Alianza. El uso de una terminología uniforme facilita la planificación, el entrenamiento y la ejecución de operaciones conjuntas.
La conferencia también se centró en las capacidades de la industria de defensa. El general retirado estadounidense Edward Daly describió su visión de la producción de armas como un sistema capaz de responder con flexibilidad a las necesidades cambiantes. Este sistema debería conectar a los fabricantes tradicionales con empresas tecnológicas emergentes y desarrollar plataformas de armas modernas. El mayor general estadounidense Ronald Ragin recordó que, a lo largo de la historia, la cantidad de munición necesaria para conflictos a gran escala se ha subestimado repetidamente. Por ello, considera esencial desarrollar la capacidad de producción en Europa, descentralizar el suministro e introducir capacidades de reparación móviles. En un entorno donde la visibilidad implica vulnerabilidad, no es posible depender de almacenes centrales ni de grandes convoyes. La logística distribuida, gestionada por datos, se está convirtiendo en el nuevo estándar.
Desde la perspectiva de la República Checa, LANDEURO presenta una serie de desafíos y oportunidades específicos en los sectores militar, industrial y de infraestructuras. La industria de defensa nacional tiene una oportunidad real de participar en una cadena de suministro más amplia de la alianza, en particular en la producción de municiones, equipo pesado, sistemas de radar y vehículos no tripulados. Un requisito clave sigue siendo el cumplimiento de los requisitos de interoperabilidad, estandarización y la capacidad de operar en un entorno de fabricación transatlántico. Las empresas checas deben estar preparadas para compartir interfaces tecnológicas, trabajar con especificaciones técnicas uniformes y entregar productos con compatibilidad inmediata dentro de las unidades operativas de la alianza.
Además de las capacidades de producción, el desarrollo de la infraestructura logística cobra cada vez mayor importancia, ya que permitirá el rápido traslado de tropas, equipos y suministros a zonas estratégicamente importantes. Proyectos como el centro logístico planificado en Mošnov, en la región de Ostrava, y la modernización de los corredores ferroviarios y viarios para el transporte de carga sobredimensionada son requisitos esenciales para la participación efectiva de la República Checa en la defensa conjunta del flanco oriental. La importancia de estas inversiones crece con el énfasis en una logística dispersa y flexible, que la OTAN ha identificado como una de las principales lecciones aprendidas de la guerra en Ucrania.
Desde la perspectiva de la seguridad a largo plazo, es crucial que la República Checa desarrolle su capacidad industrial y de infraestructura, a la vez que desarrolla sus recursos humanos, es decir, una red de expertos, ingenieros y técnicos capaces de responder a las demandas de la guerra multidominio. Esto incluye la vinculación de las universidades con el ejército, el apoyo a la investigación en defensa y la creación de plataformas de innovación que involucren tanto al Estado como al sector privado. LANDEURO transmitió un mensaje claro: los países que invierten en su autosuficiencia defensiva y participan activamente en la transformación de la OTAN fortalecen su seguridad y su peso político dentro de la Alianza en su conjunto. Para la República Checa, esto representa una oportunidad para ocupar un lugar más destacado en la arquitectura de seguridad europea.
LANDEURO 2025 no fue solo un punto de encuentro para las élites militares y políticas. La conferencia demostró claramente que la OTAN está entrando en una nueva fase de su existencia. Las guerras del futuro serán complejas, vertiginosas, tecnológicamente avanzadas y afectarán a todos los entornos simultáneamente. La Alianza debe ser capaz de responder con rapidez, de forma coordinada y utilizando los medios más modernos disponibles. La República Checa debería ver este cambio como una oportunidad para fortalecer su posición en la defensa colectiva. El éxito dependerá de la capacidad de adaptarse a nuevas doctrinas, invertir en capacidades y participar activamente en proyectos conjuntos. La reunión de Wiesbaden proporcionó una visión más clara de lo que será necesario para garantizar la seguridad de Europa en las próximas décadas.
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