domingo, 5 de febrero de 2017

Entrenado a francotiradores de los SEALs


Cómo se preparan los francotiradores de los SEALs que combaten en Irak
Kevin Lacz, veterano de la famosa batalla de Ramadi en 2006, reveló en sus memorias el durísimo entrenamiento y las rutinas de su antiguo trabajo. Ahora está retirado y fue asesor en una de las últimas películas de Clint Eastwood
Infobae


Kevin Lacz durante su período de servicio en Irak cuando era conocido como “Dauber” (Kevin Lacz)

Kevin Lacz es miembro de una de las unidades militares más peligrosas del mundo, cuyo duro entrenamiento es tan mítico como sus acciones en guerra: los SEALs de la marina de los Estados Unidos.

Cómo se preparan los francotiradores de los SEALs que combaten en Irak



Además de especializarse en buceo, paracaidismo y atención médica, entre otras habilidades, Lacz llegó casi fortuitamente a un rol que terminó marcando su vida y formando la base de sus memorias. Lacz se convirtió en un francotirador durante la Guerra de Irak, que tuvo lugar entre 2003 y 2011.

Movilizado por los ataques terroristas sobre las Torres Gemelas en Nueva York, en 2001, en el que murió el padre de uno de sus mejores amigos, Lacz ingresó en el programa de entrenamiento de los SEALs en 2002.

Una a una superó las diferentes pruebas diseñadas para que apenas un 15% de la población, los "más aptos", logren pasar. Se graduó del BUD/S (Basic Underwater Demolition/Seal, o Curso Básico de Demolición Submarina) tras sobrevivir, entre otras dificultades, a la Semana Infernal, cinco días de trabajo continuo en aguas gélidas y con actividad física extenuante, casi sin dormir.


El entrenamiento en buceo y demolición submarina es básico para los SEALs

"Lo más bárbaro es la parte mental. Juegan con tu cabeza. Un viernes por la tarde, por ejemplo, nos dijeron que íbamos a hacer una carrera de tres kilómetros. Corrimos al máximo de fuerzas porque, si no llegábamos en el tiempo estipulado, nos hacían volver a pie", contó Lacz al periódico español ABC. "Pero, cuando todo debería haber terminado, nuestro instructor siguió corriendo. No tuvimos más remedio que seguirle. Eran las normas. Al final, lo que parecía un recorrido sencillo terminó siendo una maratón de 30 kilómetros", agregó.

El futuro francotirador sufrió otros problemas, incluyendo la hipotermia, pero nunca tocó tres veces la campana del campamento, la señal que indica haber abandonado el curso y que genera, instantáneamente, el fin de las penurias.

Tropas de élite

Los SEAL, acrónimo de Sea, Air and Land (Mar, aire y tierra), tienen su antecedente más lejano en los "Scouts and Raiders", una unidad de reconocimiento y asalto anfibio creada en la Segunda Guerra Mundial y que participó en las invasiones de Italia y Normandía, según relata Lacz en su libro "El último francotirador", que acaba de publicar en español la editorial Planeta.


Lacz usando camuflaje y portando un fusil M4 (Kevin Lacz)

A este grupo se suman los nadadores de combate de la Oficina de Servicios Estratégicos, antecesora de la CIA actual, y los Equipos de Demolición de Combate Naval (NCDU, en inglés).

Estas tres unidades convergieron en el nacimiento de los SEAL en 1962 y por orden del entonces presidente John F. Kennedy, y desde entonces han sido una de las principales unidades de élite del ejército de los Estados Unidos, especializados en infiltraciones, demoliciones, operaciones comando y ataques directos en situaciones que superan a las tropas convencionales.

Entre sus acciones recientes más famosas se encuentra el salvataje del capitán Philips de manos de piratas somalíes o el asesinato del líder terrorista de Al Qaeda, Osama bin Laden.

Francotiradores en Irak

Lacz cumplió dos períodos de servicio durante la guerra de Irak en el momento en el que las fuerzas de los Estados Unidos, apoyadas por sus aliados en el nuevo ejército iraquí, libraron un combate contra diferentes milicias insurgentes.


El SEAL llegó a la ciudad de Ramadi, en el centro del país, en 2006 y participó activamente en combates urbanos, infiltraciones y entrenamiento de fuerzas especiales iraquíes.

Unos años antes, había ingresado a la escuela de francotiradores simplemente porque se lo preguntaron y sin ningún proceso de selección: se había abierto una plaza que tenían que llenar. Así se dio el contraste por el cual Lacz realizaba el entrenamiento para ser médico de combate, y salvar vidas, mientras se especializaba en el tiro de precisión con fusiles especiales, para tomarlas.

"La mejor parte de ser un SEAL es que tienes la oportunidad de hacer muchos trabajos. Tu labor principal es ser un SEAL, así que se espera de ti que puedas asaltar una posición, trabar combate directo y disparar", contó a ABC.


Kevin Lacz y Chris Kyle en una ceremonia de entrega de condecoraciones en 2007 en California (Kevin Lacz)

Durante su primer enfrentamiento en Ramadi Lacz lideró un asalto a un edificio ocupado por insurgentes. Esta misión se saldó con la captura de la posición sin disparar un tiro ni producir muertes, luego de que el francotirador sorprendiera con sigilo a los combatientes enemigos y los desarmara.

Increíblemente, durante todo el ataque, Lacz había dejado caer su cargador y apuntaba el fusil vacío ante sus enemigos, una anécdota que el militar cuenta en su libro para demostrar que pese a los años de entrenamiento, los nervios puede jugarle en contra a cualquiera.

Pero todo este curioso bautismo de fuego sería la excepción. Lacz mató a su primer enemigo y pronto se fueron multiplicando. Contrario a lo que relatan otros francotiradores, él dice no recordar ninguno de los rostros de sus enemigos. "Si apuntas a alguien y quieres hacer un disparo preciso, te enfocas sobre un punto concreto, sólo te fijas en eso", explicó.


Durante la filmación de la película ‘El francotirador’, de 2015, en la que Lacz fue asesor (Kevin Lacz)

"Yo buscaba cosas pequeñas en las que focalizar mi ojo, como un botón de la camisa. Por eso te acuerdas de factores como su ropa y los accesorios que llevaban puesto, pero nada más", agregó.

También recuerda que llegó a Irak entrenado para hacer cálculos mentales y manuales a la hora de realizar disparos a larga distancia, pero que enseguida fue provisto de una computadora que hacía todo eso por él.

"Con la velocidad de la bala, la presión barométrica, la elevación de lo alto que estábamos sobre el mar, el tipo de munición. Metíamos todo en un programa y eso nos permitía saber lo alto que teníamos que apuntar para alcanzar al enemigo desde la lejanía", relató.


Kevin Lacz y Clint Eastwood en el set de ‘El francotirador’ (Kevin Lacz)

Para el tirador selecto el combate significa tomar decisiones en décimas de segundo, y Lacz asegura que no siempre puedes pensar. "Solía hacerme dos preguntas de forma inconsciente al apretar el gatillo: si la baja era buena para mi unidad, y si el tiro me ponía en peligro. Ser francotirador en combate es un trabajo dinámico",consideró.

Lacz participó y sobrevivió a la Batalla de Ramadi, uno de los enfrentamientos más brutales entre los Estados Unidos y sus aliados iraquíes frente a milicias de Al Qaeda, el Consejo Shura y el Estado Islámico en Irak, el antecesor al grupo que se lanzó a la conquista de gran parte de la región en 2014 y que aún lucha contra las fuerzas locales.

Consultado por ABC sobre la representación de los francotiradores en Hollywood, Lacz fue contundente. "No es tan dramático. Todo sucede con mucha rapidez. El blanco se suele presentar repentinamente frente a ti y tienes que actuar", consideró el actor, que participó como asesor y extra en la película estrenada en 2015 El francotirador, de Clint Eastwood.

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