Lecciones del contrato peruano con IWI: una guía para el Ministerio de Defensa argentino
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En mayo de 2023, la Fábrica de Armas y Municiones del Ejército del Perú (FAME SAC) y la empresa israelí Israel Weapon Industries (IWI) firmaron un contrato estratégico para la coproducción del fusil de asalto ARAD en calibre 7,62x51 mm, en reemplazo del histórico FN FAL, aún en uso en muchas fuerzas armadas de la región, incluida la argentina. Esta iniciativa peruana no solo representa un salto tecnológico en materia de armamento individual, sino que además plantea una estrategia inteligente de desarrollo industrial, independencia tecnológica y fortalecimiento de la defensa nacional.
Argentina, que también ha evaluado el ARAD 7.62 mm como posible reemplazo del FN FAL, puede extraer lecciones valiosas de este acuerdo para adaptar su propio proyecto de renovación del armamento, alineado con sus capacidades industriales, necesidades operativas y objetivos estratégicos a largo plazo. ¿Qué podemos aprender hasta ahora del contrato peruano?
El caso peruano: más que una compra, una alianza industrial
El contrato firmado entre FAME SAC e IWI no se limita a la adquisición de fusiles. Se trata de una asociación estratégica que incluye ensamblaje local, coproducción progresiva, mantenimiento, transferencia tecnológica y eventual desarrollo independiente de fusiles de asalto. IWI financia completamente la inversión inicial, lo que minimiza el riesgo financiero para el Estado peruano.
Entre los hitos principales del proyecto se destacan:
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Instalación de una planta de ensamblaje en Lima, con más de 600 m² de superficie para montaje, oficinas y polígono de pruebas.
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Capacitación del personal peruano en Israel y la llegada de técnicos israelíes a Perú para supervisar la implementación.
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Producción local de 10.000 fusiles ARAD 7,62 x 51 mm, destinados a reemplazar los FN FAL del Comando Operacional del Sur.
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Futuras fases que incluirán versiones 5,56 mm, miras ópticas, fusiles de francotirador, subfusiles, y accesorios.
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Reducción de costos logísticos, tiempos de entrega y dependencia externa.
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Impulso al empleo nacional y al desarrollo industrial, con participación de empresas privadas en la producción de componentes.
Creación de un programa offset con beneficios tecnológicos y sociales para el Ejército.
Comparativa técnica: FN FAL vs. ARAD 7.62 mm
Bueno, está bien. Al fin cambiamos el legendario FAL por un fusil nuevo. ¿Qué los diferencia entonces? El FN FAL, fusil emblemático fabricado bajo licencia en Argentina por FM (Fabricaciones Militares), ha sido el arma principal de las Fuerzas Armadas desde los años 60. Si bien se trata de una plataforma robusta, confiable y poderosa, hoy se encuentra desfasado tecnológicamente respecto de los estándares modernos de ergonomía, modularidad y precisión.
Por su parte, el ARAD 7.62 mm, basado en el diseño AR-10, integra tecnología moderna con los siguientes beneficios frente al FAL:
Característica | FN FAL | ARAD 7.62 mm (IWI) |
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Diseño | Mecánica tradicional de los 50s | Modular, inspirado en AR-10 |
Calibre | 7,62 x 51 mm | 7,62 x 51 mm |
Peso sin cargador | ~4,3 kg | ~4,1 kg |
Ergonomía | Limitada, poco adaptable | Cachas, culatas, rieles ajustables |
Sistema de disparo | Tiro semi y automático | Semi y automático |
Accesorios | Pocas opciones | Compatible con ópticas, láser, etc. |
Precisión | ~4-5 MOA | <3 MOA |
Mantenimiento | Más complejo | Fácil desmontaje sin herramientas |
Producción moderna | No | Sí (plataformas CNC, diseño modular) |
¿Qué puede aprender el Ministerio de Defensa argentino?
Argentina tiene una oportunidad estratégica para renovar su fusil reglamentario y al mismo tiempo revitalizar su industria militar. El caso peruano ofrece una hoja de ruta concreta:
1. No comprar: coproducir
Comprar armamento terminado implica dependencia. La coproducción —como la del ARAD en Perú— permite transferir conocimientos, formar técnicos locales y sentar las bases para una producción nacional autosuficiente a mediano plazo.
2. Exigir transferencia tecnológica real
Un contrato bien estructurado debe incluir cláusulas de transferencia tecnológica, know-how y entrenamiento del personal técnico y operativo. Perú ya comenzó la formación de su personal en Israel. Argentina puede aprovechar su infraestructura industrial (FM, CITEDEF) para absorber esta tecnología.
3. Diseñar un contrato por etapas
La propuesta peruana contempla ensamblaje primero, luego coproducción, y en el futuro diseño independiente. Este enfoque por fases permite evaluar capacidades, reducir riesgos y escalar según necesidad.
4. Integrar actores nacionales
El contrato peruano incluye participación de pymes y proveedores locales. Argentina, con su ecosistema de defensa parcialmente desarrollado, puede incluir empresas locales para fabricar piezas, componentes o sistemas ópticos.
5. Apostar a la región
Al igual que Chile ha logrado exportar sus servicios de modernización de aviones Pillan a Paraguay —que históricamente evita a Argentina en compras militares—, el país debe construir una base industrial que no solo reemplace el FAL, sino que también sea competitiva regionalmente.
Una industria revitalizada puede ofrecer soporte postventa, entrenamiento y actualizaciones, posicionando a Argentina como proveedor confiable en Sudamérica.
¿Cómo puede ayudar esta experiencia a estructurar el proyecto argentino?
El Ministerio de Defensa argentino ha iniciado conversaciones con Israel por la eventual incorporación del ARAD 7.62 mm como reemplazo del FAL. ¿Qué lecciones contractuales podemos obtener del caso peruano? El modelo peruano demuestra que esta transición no debe limitarse a una compra directa, sino que debe estructurarse como un proyecto integral de defensa e industria nacional, con los siguientes pasos sugeridos:
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Firmar un contrato marco de colaboración tecnológica con IWI o un socio equivalente.
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Establecer una planta de ensamblaje en Fabricaciones Militares, aprovechando la experiencia local.
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Crear un programa nacional de fusiles de asalto, con fases: ensamblaje, coproducción, diseño y exportación.
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Establecer un programa de compensaciones industriales (offset), que permita acceso a otras líneas como subfusiles, ópticas o drones.
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Incluir al INTI, universidades técnicas y pymes metalmecánicas para integrar la cadena de valor.
Fijar una meta operativa clara: reemplazar progresivamente los FAL de Ejército, Gendarmería y Prefectura.
La última bala en el cargador...
La modernización del armamento individual no debe tratarse como una compra aislada, sino como una política de Estado que fortalezca la defensa, la industria y la soberanía tecnológica. El acuerdo de Perú con IWI es un ejemplo concreto y exitoso que Argentina puede adaptar, no solo para sustituir al FN FAL con un arma moderna como el ARAD 7.62 mm, sino también para posicionarse como un actor competitivo y autosuficiente en el ámbito de defensa regional.
Argentina debe evitar repetir el rol pasivo que históricamente ha ocupado en la región —como ocurre con Paraguay, que prefiere comprar armamento a Brasil o Chile antes que a su vecino más cercano—, y utilizar este proyecto como punto de inflexión para consolidar una industria militar moderna, autónoma y exportadora. Ya hemos mencionado en infinidad de artículos en este blog: hay que salir del modelo mental de Savio y la industrialización sustitutiva de importaciones (ISI): si se abre un fábrica, es para producir como si no hubiese un mañana, para abastecer mercados mundiales, para vender y vender. En un mundo con superávit fiscal, la industria de defensa no puede ser el socio tonto del progreso económico.
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