Parte 2
War History Online
2. "Lo sentimos, pero no hablamos francés."
Batalla de los Golden Spurs.
La batalla de los Golden Spurs en 1302 fue parte de las guerras franco-flamencas. Cerca de Kortjik, Flanders, unos 8.000 caballeros franceses se enfrentaron a las 9.000 personas comunes de la milicia de la ciudad. El ejército francés era una fuerza bien equipada de caballeros brillantes. Tenían caballeros blindados, escuderos, ballesteros, piqueros y todo lo que necesitaban para derrotar a la fuerza flamenca.
Los flamencos, por otra parte, no estaban ni siquiera en una formación de batalla. Estaban armados con lanzas y mazas. Así, los franceses, confiados en su propia superioridad, atacaron, pero fueron derrotados. Los ciudadanos, a quienes todos consideraban incapaces de luchar, simplemente destruyeron el ejército francés. Los cuatro comandantes franceses fueron asesinados, y el famoso ejército de Felipe IV salió con las colas dobladas. Cuando Robert II, el conde de Artois, suplicó misericordia, el flamenco respondió: «Lo sentimos, pero no hablamos francés».
Con seguridad podemos añadir esta batalla a la cuenta. Los simples ciudadanos, aunque entrenados en el uso de las armas, para ir en contra de los gloriosos y experimentados caballeros franceses, y todavía ganar, no es nada menos que heroico.
1. La fuerza no siempre está en números
Batalla de la colina de Vitkov.
En 1420, cerca de Praga, en la cima de una colina, unos 80 husitas lucharían heroicamente contra los 8000 caballeros y caballería ligera de Hungría y Bohemia. La batalla es impactante en las cuentas de números y resultados. Jan Zizka, junto con 76 soldados y arqueros, y tres mujeres rechazarán a los miles de caballeros. ¿Cómo se llegó a esto?
Bien, Sigismund trató de tomar Praga para poder sacar a los husitas de la capital de Bohemia. Reunió un ejército de 50.000 caballeros e infantería contra unos 12.000 que defendían la ciudad. En los caminos de la ciudad, había una colina - Vitkov, donde la estructura defensiva no era más que algunos tablones de madera clavados, reforzados con piedras y barro. Esa colina era de gran importancia para la defensa de la ciudad, y podía decidir el resultado de todo el asedio. Zizka y su puñado de defensores sabían muy bien lo que estaba en juego.
Así, se fortificaron valientemente detrás de los tablones. Sigismund también sabía la importancia de esa colina y decidió no arriesgarse. Envió a unos 8000 de sus hombres para que lo aceptaran, creyendo que sería suficiente para dirigir la defensa. Sin embargo, la carga de los Caballeros se encontró con la feroz resistencia de esas meros 80 almas valientes.
Los defensores lograron soportar la carga de los caballeros durante tanto tiempo, que los refuerzos de husitas vinieron y atacaron a los caballeros confundidos por detrás. En poco tiempo los Caballeros fueron derrotados y rápidamente se retiraron del campo de batalla. En honor de la valentía de Zizkov y su partido, la colina fue renombrada Zizkov.
Esa batalla repelió al ejército de Sigismundo y ganó a los husitas una merecida victoria.
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