El mortero Stokes Brandt de 81 mm: Sorpresa táctica en el Chaco
por Rafael Mariotti
El mortero de 81 mm Stokes Brandt Modelle 1927/31 fue un diseño clásico que fue copiado o fabricado bajo licencia por casi todos los ejércitos europeos, y aun hoy en día sigue siendo el modelo clásico de mortero.
Al producirse el armisticio de Noviembre 1918, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, Francia intentó contener a Alemania y a la URSS desarrollando una serie de alianzas con los países sucesores del ex-Imperio Austro-Húngaro (Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia). De sus enormes depósitos de material, de guerra, Francia cedió varios centenares de piezas de artillería de calibre 75 hasta el 220 mm a Polonia, 120 tanques Renault FT 17, centenares de aviones de combate y envió una misión militar a reorganizar el ejército polaco. Mientras las fuerza principales del ejército rojo se debatían en ardua guerra civil contra los Rusos Blancos, en 1919 el general polaco Josef Piłsudski creó llegada su hora y lanzó sus tropas sobre la Ucrania Occidental, territorio una vez anexado al Imperio Polaco, y siempre codiciado por Polonia (Ver Causas...). Previamente, nacionalistas ucranianos intentaron establecer una república independiente, intento frustrado que sucumbió bajo las botas del ejército rojo: los bolcheviques. Pero a fines de 1919 el péndulo de la guerra comenzaba a rotar en dirección contraria: los bolcheviques consolidaron sus fuerzas e infringieron una serie de derrotas a los Rusos Blancos.
Morteristas paraguayos disparando en el sector de Ballivián (1934)
A comienzos de 1920, el Ejército Rojo bajo el general Mikhail Tukhachevski lanzó un contraataque en fuerza, derrotando a las fuerzas polacas, y penetrando en la Ucrania Occidental. El avance soviético continúo, irresistiblemente, adentrándose profundamente en territorio polaco. En Agosto de 1920, las fuerzas soviéticas se hallaban en la rivera oriental del Río Vístula, al otro lado de Varsovia, y aproximándose a la fortaleza de Modlin. Todo parecía perdido, hasta que el 16 de Agosto tropas polacas bajo el mando del general Józef Piłsudski contraatacaron en dirección sur, forzando a los rojos a retirarse, desorganizados, hacia el Este, al otro lado del Río Niemen. Este fue el "Milagro sobre el Vistula" (Ver Las acciones militares...).
Los Bolcheviques perdieron algo mas de 10.000 muertos, 500 desaparecidos,y 66.000 prisioneros. Las pérdidas polacas incluyeron 10.000 desaparecidos, 4.500 muertos y 22.000 heridos. Esta inesperada reacción polaca no solo puso fin a la guerra con la URSS, sino que solidificó sus fronteras en el Este, y seamos justos, salvó al resto de Europa de una invasión comunista.
Nuevas armas en el Frente Ruso Polaco
Dada las fluidas condiciones del frente ruso-polaco, en los ataques y contraataques que tomaron lugar en el Vistula, los polacos emplearon una cantidad de tanques Renault FT 17 y carros armados improvisados en base a chasis de automóviles Ford T, armados con un ametralladoras Maxim, pero la sorpresa táctica la constituyeron los morteros de 58 mm mod. 2 franceses, que juntos a los "mortier de 75mm T Schneider Mle 1915 " y el mortier de 81mm Stokes Mle1918 tomaron a los soviéticos por sorpresa. Hábilmente dirigidos, causaron muchas bajas en momentos decisivos de la batalla.
El mortero Stokes Brandt en la Guerra del Chaco
En 1929, el Paraguay adquirió 24 morteros Stokes Brandt mod. 1927, según documentos de los archivos de Washington a sugerencia de la Misión Militar Francesa. De esta manera el ejército paraguayo fue el primero en América del Sur en adoptar este arma de infantería. Su efectividad sería puesta de manifiesto al estallar la guerra del Chaco.
Boquerón: Primera Ofensiva paraguaya
En Marzo de 1931, Belaieff, general ruso blanco al servicio del ejército paraguayo y un pequeño destacamento descubrieron un lago de 5 km de largo por dos de ancho en medio de una zona desértica. Este lago era fuente de un elemento sumamente escaso y vital en el Chaco: el agua potable. En Julio de 1931, ejército paraguayo estableció el Fortín Carlos Solano López. en la margen occidental del lago. El 3 de Mayo de 1932, el Estado Mayor boliviano ordenó a la 4ta División del ejército que confiara el área de ocupar del Lago Pitiantuta. El 15 de Mayo, mientras preparaban el desayuno, los integrantes de la diminuta guarnición paraguaya (seis hombres) advirtieron la presencia de numerosas tropas bolivianas y se dieron a la fuga. El ejército paraguayo replicó enviando al batallón Palacios del Regimiento No.2 de infantería "Itororo", equipado con un mortero de 81 mm a recapturar Pitiantuta. El 15 de Julio, el capitán Palacios y los 385 hombres el batallón Palacios atacaron a las tropas andinas. El 16 entró en acción el mortero de 81 mm, y las tropas bolivianas, sin mayor experiencia en su mayoría, confundieron a los morteros por artillería de largo alcance, dado la trayectoria de los proyectiles. Desmoralizados, los bolivianos se dispersaron. El jefe boliviano, Moscoso optó por abandonar el fortín.
El mortero Stokes-Brandt de 81 mm
El concepto de mortero: aquel de una pieza de artilleria de corto y grueso cañón, capaz de disparar indirectamente al objetivo, haciendo blanco por elevación, es tan antiguo como la artilleria misma. Ya se utilizaron morteros durante la guerra de la Triple Alianza, tanto de parte de los aliados como de los paraguayos.
Figura izquierda: Mortero Brandt modelo 1927/31. Sus partes son: (a)- Boca de fuego(81 mm), (b)- Miras, (c)- Perilla para puntería derecha-izquierda, (d)- Manivela para elevación, (e)-Tubo, (f)- patas en bípode, (g)- Placa base, (h)- Tapaboca
Calibre: 81,4 mm
Elevación: 45° a 90°
Peso: 60 kg
Munición: 3,3 kg granada explosiva
Alcance: 3000 m con granada explosiva
Alcance efectivo: 2000 m con granada explosiva
Velocidad de fuego (práctica): 15-18 disparos/minuto
Dotación: Comandante + 4 artilleros
El mortero, tal como conocemos hoy al arma liviana de apoyo a la infantería, llamado también lanzaminas ligero, fue una invención del británico Sir Wilfred Stokes quien construyó el primer prototipo en 1915. Fué aceptado para su utilización en la guerra de trincheras durante el conflicto mundial de 1914-1918, donde se comprobó su eficacia frente a otros modelos del mismo tipo de arma. Francia, aliada de Gran Bretaña, compró 3000 unidades durante la guerra. Los galos, no quedaron satisfechos con el tipo de munición que disparaba la pieza, y hacia finales de la década del 20, el ingeniero Edgar Brandt le incorporó importantes modificaciones que culminaron en el “Mortier Brandt de 81 mm Modele 27/31” con el cual ganaron el mercado para este tipo de armas, porque fue comprado, construido bajo licencia y copiado casi por cada ejército de Europa y algunos otros países (entre ellos Paraguay).
Granada de mortero
La granada de mortero pesaba 3,3 kilos y al estallar esparcía unas 200 esquirlas que destruían un nido de ametralladoras y a sus sirvientes. Las aletas le permitían caer de punta sobre el objetivo para estallar con el choque de la espoleta de impacto. El cartucho de cola y los otros adicionales le permitían aumentar la velocidad de salida para incrementar su alcance.
Los lanzaminas livianos (morteros) ya figuraban en el plan de rearme diseñado por el Gral. Manlio Schenoni en 1925. Cuando visitó la fábrica francesa Brandt le informaron que estaba por salir el modelo 1927/31; justo en ese momento fué requerido de urgencia en Asunción para atender la delicada situación con Bolivia. En la fábrica le dijeron que viajase tranquilo, que enviarían una muestra del arma a Paraguay para hacer las pruebas de satisfacción. Así fué que en junio de 1929 (4 meses después que Schenoni dejara Europa) arribaba a Asunción un oficial retirado del ejército francés con un modelo del mortero y varios proyectiles. Las pruebas fueron hechas en Campo Grande donde un pequeño rancho deshabitado fué incendiado de un certero disparo a una distancia de 1000 metros. A pesar de esto, muchos militares eran escépticos respecto a la utilidad del mortero. La misma misión militar francesa en Paraguay no se ponía de acuerdo, aunque no rechazaban de plano el arma, tampoco eran partidarios de su adopción: sólo uno de los 5 militares franceses era ferviente partidario del mortero: el comandante Langlois de la artillería, que había servido en la Primera Guerra Mundial y había comprobado la eficacia del arma. Este militar permaneció en Paraguay después que los demás oficiales franceses se retiraron por término de misión, para seguir entrenando a los artilleros paraguayos.
La adquisición de los morteros se debió a una genial corazonada del Presidente Dr. José P. Guggiari, quién tomó la decisión de comprar dichas armas a pesar de la disparidad de opiniones de los “profesionales”.
Y bien se sabe cuán importantes y útiles resultaron estas armas. El proyectil explosivo de mortero cae en forma casi vertical sobre el objetivo, y al estallar esparce las esquirlas en un amplio radio, siendo el arma ideal para batir nidos de ametralladoras.
La huida de las tropas del mayor Oscar Moscoso en la Laguna Pitiantuta en Junio de 1932 se debió a la acción de estas armas. Los bolivianos, al no oír el estampido del disparo del mortero, y “sentir” la caída de las granadas, pensaron que los paraguayos estaban utilizando artillería de largo alcance, y por lo tanto el ejército entero debía estar cerca. Esto les decidió a abandonar precipitadamente el fortín Mariscal Santa Cruz en la margen occidental de la laguna.
En Boquerón, el 70 % de las bajas bolivianas en el interior del fortín se debieron a granadas de morteros.
Los paraguayos empezaron la guerra con 24 morteros (que costaron 67.000 U$ -incluidos 2.400 proyectiles- precio muy inferior a los 659.700 dólares que salieron las 32 piezas de artillería Schneider), y en el curso de la guerra compraron 12 armas más. Incluso se construyeron algunos en los Arsenales (12). Los bolivianos, quienes sintieron directamente los efectos del Stokes-brandt los adquirieron también, utilizándolos por primera vez la 8° división boliviana en el ataque al fortín Fernández el 18 de mayo de 1933. A finales de la guerra habían comprado 180 morteros de varios calibres (de los cuales 96 cayeron en poder de los paraguayos).
Mortero siendo empleado bolivianos durante la campana del Chaco Boreal.
La carga impulsora del mortero de 81 mm produce un ligero estallido, algo así como el de una escopeta, por lo que pasaba desapercibido entre los disparos de fusilería. Arma sumamente móvil, con la que una dotación medianamente adiestrada puede hacer varios disparos antes de cambiar de posición. En zonas selváticas probó ser mas efectivo un mortero que la artillería convencional o los cañones sin retroceso.
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