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miércoles, 7 de septiembre de 2022

US Army: El soldado más pequeño y el matador más grande

 

Medía sólo 145 cm pero llegó a ser un 'Boina Verde' de las Fuerzas Especiales

La asombrosa historia de Richard J. Flaherty, el soldado más bajo de los Estados Unidos

Hay personas que se sienten acomplejadas por su baja estatura, pero donde hay voluntad, una persona pequeña también puede hacer grandes cosas.

Ese fue el caso de un gran hombre con una baja estatura llamado Richard James Flaherty. Nacido el 28 de noviembre de 1945 en Stamford, Connecticut, en el seno de una familia católica de origen irlandés, le diagnosticaron enanismo cuando era un niño debido a un problema de nacimiento. La máxima estatura que llevó a alcanzar rozaba los 145 centímetros. Pero eso nunca mermó su capacidad de superación. Se esforzó por adquirir una buena forma física y se alistó en el Ejército de EEUU en 1967. Por su estatura, le hicieron novatadas y su servicio militar no fue fácil, pero demostró ser un hombre fuerte y ágil, por lo que acabó ganándose el respeto de tus compañeros y alcanzando el rango de subteniente. Al alistarse, Richard se convirtió en el soldado más bajo de la historia militar de EEUU.

Richard J. Flaherty con dos compañeros en la Escuela de Candidatos a Oficiales, en 1967 (Foto: David Yuzuk / Laptrinhx.com).

En 1968 fue enviado a Vietnam en la famosa 101ª División Aerotransportada, las “Águilas Aulladoras”. Acabó siendo líder de un pelotón de reconocimiento, mostrando un gran valor en combate y recibiendo dos Estrellas de Plata, dos Estrellas de Bronce y dos Corazones Púrpura por heridas en combate. A su regreso a EEUU hizo el curso de las Fuerzas Especiales, convirtiéndose en un “Boina Verde” y siendo enviado a Tailandia. Le licenciaron con honores en 1971, cuando ostentaba el rango de capitán. Su carácter intrépido le llevó a trabajar como mercenario en Rodesia y en Angola, siendo reclutado más tarde por la CIA. Más tarde trabajó para la ATF (la agencia federal de control del tráfico de armas, explosivos, alcohol y tabaco).

Richard J. Flaherty con otros miembros de su pelotón en Vietnam en diciembre de 1968 (Foto: David Yuzuk / Miami New Times).

Tristemente, Richard acabó su vida en la pobreza, muriendo atropellado por un conductor que se dio a la fuga en Aventura (Florida) en 2015, cuando tenía 69 años. En 2017, se estrenó un documental en EEUU sobre su vida, titulado “The Giant Killer” (“El Matagigantes”, que es el apodo que recibió Richard durante su servicio militar). Podéis ver aquí un vídeo con algunos fragmentos de ese documental, que recoge testimonios de personas que le conocieron (el vídeo dispone de subtítulos en español):



Ayer, el siempre excelente canal de Youtube Yarnhub publicó un vídeo de animación a ordenador en el que repasa la vida de Richard y sus hazañas en la Guerra de Vietnam (el vídeo dispone de subtítulos en español):




domingo, 6 de octubre de 2019

Boina Verde: La desquiciada vida de Bo Girtz, un Rambo real

El verdadero Rambo: la increíble vida de un comando alucinado que mató a más de 400 personas 

Bo Girtz es el boina verde que inspiró a Stallone para muchos de sus films. Con el estreno de “Rambo, Last blood”, su increíble historia vuelve a generar polémicas. Para muchos un patriota, para otros un racista, el hombre que acaba de cumplir 80 años es una leyenda
Por Matías Bauso || Infobae

  James Bo Gritz, héroe condecorado, boina verde, comando en operaciones secretas. Amado y rechazado, fue inspiración para Stallone en casi todas las películas de Rambo

Bo Gritz cumplió ochenta años. En estos días, con el estreno del capítulo final de la saga Rambo, se volverá a hablar de él como tantas veces sucedió en el último medio siglo.

Su vida tuvo de todo. Dolor, coraje, reconocimiento, pérdidas, confusión, desvarío. Una vida de película. No es un lugar común. Su figura y sus acciones se tomaron como modelo no sólo para algunas de las películas de Rambo de Sylvester Stallone sino también para cincelar al personaje principal de Brigada A, el Coronel John Hannibal Smith.

Su verdadero nombre es James Gordon Gritz. Se casó cuatro veces. Lo dejaron, también, cuatro veces. Tuvo cuatro hijos y un intento de suicidio.

Su padre murió en la Segunda Guerra Mundial. Él, criado por sus abuelos, creció con la imagen difusa del progenitor caído en combate. Y con el peso de la ausencia y de estar a la altura del linaje heroico.


Bo Gritz de niño: creció sin su padre, quien murió en la Segunda Guerra Mundial. Esa ausencia marcó su vida

Entró en el ejército muy pronto. Se destacó desde los primeros momentos. Realizó misiones secretas y combatió en Laos, Camboya y Vietnam.

El General Westmoreland, máxima autoridad de las fuerzas americanas en Vietnam durante cuatro años y luego máxima autoridad del Ejército, escribió que Bo Gritz era el verdadero soldado americano, el ideal de combatiente. Una leyenda de los Boinas Verdes, el soldado más condecorado por acciones en Vietnam.

A su regreso de Vietnam, Gritz siguió combatiendo en otras tierras. Panamá, Afganistán, de nuevo el sudeste asiático y diversos lugares más.

Asegura haber matado más de 400 personas en sus acciones.

Se infiltró, entrenó tropas contrainsurgentes y fue generando una aura mítica alrededor suyo. Su voz era escuchada. Su mensaje era pétreo, siempre similar a sí mismo. Exaltaba los valores de ser norteamericano, el patriotismo, la posibilidad de solucionar los conflictos por la vía violenta.

  Sylvester Stallone en Rambo III, 1988. El actor había tomado como inspiración la vida del boina verde (StudioCanal/Shutterstock)

Su primera conexión con el cine fue frustrada. Francis Ford Coppola descubrió, en el libro de memorias del General Westmoreland, una foto de Gritz rodeados de miembros de una milicia laosiana que él entrenó. El director quiso utilizar la imagen trucando la cara de Marlon Brando en lugar de la de Bo. El ejército norteamericano se opuso y la foto no fue utilizada.

Luego viene Rambo. Desentrañemos un malentendido. Gritz no fue la inspiración del Rambo original, pero sí de todos lo que lo siguieron.

Se supone que el primero fue Audie Murphy, un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial. Murphy se convirtió en el soldado más condecorado de la historia.

Fraguó sus documentos para ingresar en el ejército antes de tiempo; su hermana mayor lo ayudó luego del ataque a Pearl Harbour. Sus acciones en Europa lo convirtieron en un héroe moderno. Luego del regreso a su país era vivado y homenajeado en cada vez que era reconocido.

Se dedicó al cine y actuó en 40 películas. Su autobiografía se convirtió en un best seller. Las mujeres se rendían ante él. Se casó con una actriz y luego con una azafata. Algunas de sus apariciones públicas finalizaban en hechos confusos que nunca gozaban de demasiada publicidad. Nada malo se decía de él.

En medio de la Guerra de Vietnam decidió dar a conocer su secreto. Su imagen exitosa, la solidez que aparentaba bajo los focos, no era tal. Se había convertido en adicto a los analgésicos y a las pastillas para dormir. Los fantasmas de la guerra no lo abandonaban, no le permitían descansar.

En esa época la terminología que se utilizaba tenía 60 años de antigüedad. Se hablaba de Fatiga de batalla o Conmoción de Guerra (Shell shock). Los estudios no habían avanzado desde la Primera Guerra Mundial. No se hablaba todavía del Stress postraumático. La sociedad negaba tener un problema en esos excombatientes.

  Audie Myrphy, el primer héroe que Stallone tomó como modelo. Luego Grtiz sería su Rambo para la saga de sus filmes

Audie Murphy quería que quienes habían vuelto de Corea y quienes lo hacían de Vietnam no atravesaran la misma indefensión que él. No quería que durmieran con un arma bajo la almohada, ni que las mujeres los dejaran porque resulta imposible vivir con su violencia y las fluctuaciones de sus estados de ánimo, ni que se convirtieran en adictos a las drogas como él.

El autor David Morrell se inspiró en su figura para contar en una novela dura y sangrienta el caso de un excombatiente que es rechazado por la sociedad a su regreso de Vietnam. La gente ignora su sufrimiento y subestima la violencia que presiona en su interior.

El resultado es un aquelarre de sangre, confusión y venganza. Este soldado de apellido Rambo con sus conocimientos militares y con el infierno instalado en su cabeza no resiste un rechazo más.

La novela se titulaba Primera sangre (First Blood) y fue un suceso de público y de crítica en la época (Stephen KIng la utilizaba como ejemplo en sus clases de escritura).

Durante años los estudios cinematográficos batallaron por sus derechos hasta que en 1982, Stallone filmó Rambo. La película fue un éxito.

Sin embargo las desviaciones de la novela serían claves. La principal: el personaje no moría al final, luego de intentar suicidarse y dar muerte a su mayor rival, al comisario que ocasionó su eclosión definitiva. Hollywood siempre se reserva el derecho a mantener con vida a sus personajes para una posible secuela. Eso fue lo que sucedió en este caso.

Y con Rambo II aparece en escena Bo Gritz. El argumento de la película habla de un ex comando que vuelve a Asia a buscar compañeros que quedaron en campos de detención ocultos y que se los considera desaparecidos en acción. Así, en una guerra de un hombre sólo, en una orgía de muerte y excesos, Rambo da con los detenidos y logra liberarlos.

El argumento es evidente deudor de la mayor preocupación y actividad de Bo Gritz en los 80. Sostuvo con convicción, histrionismo y escasas pruebas que el sudeste asiático estaba inundado de soldados americanos retenidos ilegalmente por los países comunistas y que Estados Unidos debe hacer algo para rescatarlos.

La causa era plausible. Gritz aprovechaba su llegada a los medios, su carisma, su pasado heroico y la cercanía con varias celebridades para difundir sus teorías y, al mismo, tiempo para conseguir financiamiento para sus planes. Ya que el gobierno no hacía nada, lo haría él mismo. Organizó una misión destinada a rescatar a los soldados retenidos.

Clint Eastwood financió parte de la aventura con 20 mil dólares; William Shatner, el Capitán Kirk de Star Trek, entregó 15 mil dólares con la excusa de comprar los derechos para filmar una historia de su vida. Se sospecha que agencias gubernamentales también aportaron.

Luego de unos meses Gritz volvió a Estados Unidos derrotado. Su misión no tuvo ningún éxito. Una comisión del Congreso lo citó para que explicara lo sucedido. Le exigieron pruebas. Él respondió: “Tengo la misma evidencia que le presentaría un religioso si usted le preguntara por la existencia de Dios”.

Un buen resumen: se había convertido en una cuestión de fe. Y la sociedad y los medios todavía le seguían creyendo. Al fin y al cabo era un héroe de guerra.
  Bo Gritz junto a un grupo de soldado laosianos que entrenó (Erase and forget)

En otro contexto sus actos, declaraciones e intenciones hubieran sido vistos como un gran happening, una parodia permanente, sobreactuada y alucinada de un tipo de vida nacionalista y patriotero. Sin embargo, esa ausencia de matices, ese entusiasmo siempre exaltado provocaba adhesión en lugar de lejanía y extrañeza.

La misión fracasada no sólo inspiró a Stallone para la segunda parte de Rambo y a los creadores de Brigada A (aunque Hannibal Smith tuviera éxito en sus misiones). Provocó que Gritz continuara intentando. Extraoficialmente decía que Ronald Reagan apoyaba sus iniciativas y que ese mensaje le había llegado a través de Clint Eastwood, amigo personal del entonces presidente.

En 1986 comandó otra misión. No le costaba nada conseguir mercenarios que lo acompañaran y capitalistas que financiaran su aventura alucinada. El resultado fue otro fracaso.

Pero en lugar de referirse a que otra vez había ilusionado vanamente a los familiares de los soldados desaparecidos en acción (más de 2500), dijo que había descubierto que funcionarios norteamericanos participaban de una red mundial de tráfico de heroína. Esa fue su nueva cruzada.

Mientras tanto, Stallone seguía con la saga Rambo. Hollywood había tomado nota del éxito y el del héroe solitario e inverosímil que derrotaba (con bandana roja o no, con arco y flecha o una bazooka) a todo un ejército enemigo se convirtió en furor.

Arnold Schwarzenegger, Chuck Norris, David Carradine entre otros incursionaron en el tema. Un género que era una mezcla de Doce del patíbulo con El Vengador Anónimo y que exigía la inmediata suspensión de la incredulidad del espectador.

Stallone buscando inspiración para la tercera película volvió a mirar para el lado de Bo Gritz. El ex militar se había abocado a entrenar rebeldes afganos para que lucharan contra los soviéticos. De eso se trata Rambo III, que por su falta de matices, su esquematismo y el agotamiento de la fórmula fue un fracaso.

  Bo gritz con todas sus condecoraciones (Erase and forget)

Gritz descubrió, sin demasiado esfuerzo, el parecido entre las películas y su vida y lejos de ofenderse, decidió en esa campaña vitalicia por la autopromoción (uno de sus principales capitales) denominarse como el Verdadero Rambo. Estaba cómodo con esa identificación.

El salto a la política era inevitable. Participaba en programas de radio y de televisión. Sus opiniones siempre eran fuertes, alejadas de los matices. Opiniones contundentes y extremas.

En 1988 se presentó como vicepresidente por el Partido Populista. El detalle es que el candidato a presidente era David Duke, blanco supremacista y líder del Ku Klux Klan.

En 1992, por el mismo partido, Gritz fue el que encabezó la fórmula presidencial. Su lema de campaña hablaba de las “Tres G” pero por supuesto no se refería a la frase a la que aspiran honrar todos los equipos de fútbol: Ganar, gustar y golear. Lo de Bo era más profano, directo y autorreferencial: “God, Guns and Gritz” (Dios, armas y Gritz).

Él, personalmente, encabezó otras dos películas (ya se dijo: una vida de película). En 1990, un film que pretendía ser de acción, Operation Force, y sólo llega ser una película clase Z, como si Ed Wood hubiera intentado hacer su propia versión de Los Ángeles de Charlie.

  El documental Erase and Forget cuenta su desquiciada vida

En 2017 se dio a conocer un documental sobre su vida. Erase and forget dirigido por Luka Zimmerman da cuenta de esta convulsionada historia.

Sus últimas décadas tampoco fueron apacibles ni exentas de polémicas. Se opuso a la Guerra del Golfo, participó de varias discusiones públicas, creó una fuerza paramilitar y pergeñó programas de entrenamiento para aprender a sobrevivir en condiciones extremas y para poder combatir.

También cambió dos veces de creencias religiosas y tuvo un fallido intento de suicidio. El tiro en el pecho no dio en su corazón. Una ironía del destino: el que mató a más de 400 personas no pudo con él mismo.

En la web todavía se pueden ver los videos en los que promociona SPIKE, una especie de fuerza paramilitar. El nombre es un acrónimo de Specially Prepared Individuals for Key Events (Personas especialmente preparadas para eventos claves).

Este grupo de elite autogestionado se entronca en una de las muchas teorías conspirativas que apoyó y fomentó en estos años: el Nuevo Orden Mundial, una conspiración global que busca el colapso económico y social de los países. Esa conspiración responsable de todas las desgracias de Occidente desde el asesinato de John Fitzgerald Kennedy en adelante, fue responsable también de la Guerra del Golfo, de ahí provenía su oposición al conflicto bélico y no a un súbito pacifismo.

  Bo Gritz recibió 62 condecoraciones por su valor

También fue procesado junto a su hijo por el secuestro de dos niñas. Ellos alegaron que lo habían hecho para evitar que la madre perdiera la tenencia, porque no quería que el padre las viera ya que -según ella- las sometía a rituales satánicos.

La justicia norteamericana no encontró evidencia de las acusaciones de la madre y sí pudo probar los delitos de Gritz y su hijo: secuestro, uso de arma y obstaculización de tenencia.

A todo esto, al verdadero Rambo debe sumársele en su cuenta dichos racistas, expresiones antisemitas, actitudes de violencia y hechos de abuso de armas.

Sin embargo, su pasado de héroe de guerra lo siguió protegiendo.

Bo Gritz es de una especie que suele contar con el perdón del público. Un pasado esforzado y heroico lo habilita para desequilibrios, delitos, excesos y desvaríos en la actualidad.

Como si sus acciones anteriores le dieran crédito a comportarse posteriormente como un cretino o un delincuente. De esa especie hay en muchos en diversas partes del mundo.

Lo que en otros sería motivo de burla y hasta de puesta en duda de su salud mental, a personajes como Gritz se le celebra ese tipo de conductas, se las incentiva. Acude a lugares en los que es recibido como un héroe.

Es su gimnasio para el ego, la manera de ejercitar la autoestima. Como si el coraje individual mostrado como Boina Verde y las múltiples condecoraciones lo eximieran de tener que rendir cuentas o de convivir en sociedad.

Tal vez en la identificación con Rambo y su saga esté la clave para entender a un personaje como Bo Gritz y su permanencia en la atención pública.

Bo Grtiz acaba de cumplir 80 años y divide a los Estados Unidos: para unos es un patriota, para otros un racista

La novela de David Morrell y en parte la primera película eran alegatos antibélicos que clamaban por la atención de los veteranos, por prestar atención a su inserción y al tratamiento del stress postraumático. Que se preguntaban qué hacer con ese monstruo que habían tirado sólo en una ciudad después de haberlo hecho vivir unos años en el infierno y al que lo único que le habían enseñado era a matar.

Las que siguieron, en especial, la segunda y la tercera son películas violentas, que celebran la guerra, que olvidan los matices, donde sólo hay buenos y malos.

Y en esa limitación, en ese maniqueísmo, en sus excesos tal vez logran mostrar, involuntariamente, de la mejor manera, el derrotero y desvarío de un personaje como Bo Gritz.

Desmesura, violencia gratuita, locura. Tal vez sea en ese aspecto, más que en la similitud en la historia de vida, es que Bo Gritz sea El Verdadero Rambo.

domingo, 22 de julio de 2018

FF.EE.: Comandos globales de USA

Comandos Sans Frontières

El crecimiento global de las Fuerzas de Operaciones Especiales de EE. UU.

Nick Turse | War is Boring



En la parte superior, dos helicópteros Pave Hawk HH-60 de los EE. UU. asignados al Escuadrón de Rescate 301 de la Fuerza Aérea entregan Navy SEAL basados ​​en la costa oeste para atravesar las incrustaciones durante un entierro en el mar para los antiguos SEAL que fallecieron durante el año anterior. Foto de la Marina de los EE. UU.


A principios de junio de 2018, en un pequeño puesto militar cerca de la ciudad de Jamaame, en ruinas, en Somalia, empezaron a sonar las armas de pequeño calibre a medida que los proyectiles de mortero caían. Cuando terminó el ataque, un soldado somalí resultó herido, y si ese hubiera sido el alcance de las bajas, nunca hubieras oído hablar de ello.

Sin embargo, como sucedió, los comandos estadounidenses también estaban operando desde ese puesto avanzado y cuatro de ellos resultaron heridos, tres lo suficientemente mal como para ser evacuados para recibir más atención médica. Otro operador especial, el Sargento del Estado Mayor Alexander Conrad, miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército de EE. UU., también conocido como Boinas Verdes, fue asesinado.

Si la historia suena vagamente familiar -combate por parte de los comandos estadounidenses en las guerras africanas que Estados Unidos técnicamente no combate- debería hacerlo. En diciembre pasado, los Boinas Verdes que operaron junto con las fuerzas locales en Níger mataron a 11 militantes del Estado Islámico en un tiroteo. Dos meses antes, en octubre, una emboscada de un grupo terrorista del Estado Islámico en ese mismo país, donde pocos estadounidenses (incluidos miembros del Congreso) incluso conocían operadores especiales de EE. UU. Estaban estacionados, cuatro soldados estadounidenses murieron, Boinas Verdes entre ellos.

Los militares describieron por primera vez que la misión brindaba "asesoramiento y asistencia" a las fuerzas locales, luego como "patrulla de reconocimiento" como parte de una misión más amplia de "entrenar, asesorar y ayudar" antes de ser finalmente expuesta como una operación de captura o captura .

En mayo de 2017, un SEAL de la Armada fue asesinado y otros dos miembros del personal de los EE. UU. resultaron heridos en un ataque en Somalia que el Pentágono describió como una misión de "aconsejar, ayudar y acompañar". Y un mes antes, un comando de los EE. UU. Habría matado a un miembro del Ejército de Resistencia del Señor, una brutal milicia que ha aterrorizado partes de África Central durante décadas.

Y hubo, como The New York Times, señaló en marzo de 2018, al menos otros 10 ataques no denunciados anteriormente contra las tropas estadounidenses en África Occidental entre 2015 y 2017. No es de extrañar desde hace al menos cinco años, como informó recientemente Politico, Green Berets, Los SEALs de la Armada y otros comandos, operando bajo una autoridad legal poco conocida conocida como la Sección 127e, han participado en incursiones de combate de reconocimiento y de "acción directa" con operadores especiales africanos en Somalia, Camerún, Kenia, Libia, Mali, Mauritania, Níger y Túnez.

Nada de esto debería sorprender, ya que en África y en el resto del planeta las Fuerzas de Operaciones Especiales de los Estados Unidos participan regularmente en un amplio conjunto de misiones que incluyen reconocimiento especial y acciones ofensivas a pequeña escala, guerra no convencional, contraterrorismo, rescate de rehenes y la asistencia de las fuerzas de seguridad, es decir, organizar, capacitar, equipar y asesorar a las tropas extranjeras. Y todos los días, en casi todas partes, los comandos de EE. UU. Participan en varios tipos de entrenamiento.
A menos que terminen en un desastre, la mayoría de las misiones permanecen en la sombra, desconocidas para casi todos los estadounidenses. Y, sin embargo, solo el año pasado, los comandos estadounidenses se desplegaron en 149 países: alrededor del 75 por ciento de las naciones del planeta. A la mitad de este año, según las cifras provistas a TomDispatch por el Comando de Operaciones Especiales de los EE. UU., Las tropas estadounidenses de élite ya han llevado a cabo misiones en 133 países. Eso es casi tantos despliegues como ocurrieron durante el último año del gobierno de Obama y más del doble de los días finales de la Casa Blanca de George W. Bush.


Un avión CV-22 Osprey de la Fuerza Aérea de los EE. UU. con rotor inclinado sobre Eglin Range en Florida el 24 de marzo de 2017. .

Yendo comando


"USSOCOM desempeña un papel integral al oponerse a las amenazas actuales contra nuestra nación, proteger al pueblo estadounidense, asegurar nuestra patria y mantener balances de poder regionales favorables", dijo a los miembros el general Raymond Thomas, jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos. del Comité de Servicios Armados de la Cámara a principios de 2018. "Sin embargo, al centrarnos en las operaciones de hoy, debemos estar igualmente enfocados en la transformación futura requerida. SOF debe adaptar, desarrollar, adquirir y desplegar nuevas capacidades con el interés de continuar siendo una parte única, letal y ágil de la Fuerza Conjunta del mañana ".

Las Fuerzas de Operaciones Especiales han estado en un estado de transformación desde el 11 de septiembre de 2001. Desde entonces, han crecido de todas las maneras posibles, desde su presupuesto hasta su tamaño, su ritmo de operaciones, hasta el alcance geográfico de sus misiones. En 2001, por ejemplo, un promedio de 2,900 comandos se desplegaron en el extranjero en una semana determinada. Ese número ahora ha aumentado a 8.300, según el vocero de SOCOM, Ken McGraw.

Al mismo tiempo, el número de "puestos militares autorizados" -las tropas en servicio activo, reservistas y miembros de la Guardia Nacional que forman parte de SOCOM- ha pasado de 42.800 en 2001 a 63.500 en la actualidad. Mientras que cada una de las ramas del servicio militar -los llamados servicios para padres- proporciona fondos, que incluyen pagos, beneficios y algunos equipos a sus fuerzas de élite, "fondos específicos para operaciones especiales", en $ 3.1 billones en 2001, ahora son $ 12.3 billones . El Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Infantería de Marina también proporcionan a sus unidades de operaciones especiales alrededor de $ 8 mil millones anuales.

Todo esto significa que, en un día determinado, más de 8,000 operadores especiales excepcionalmente bien equipados y bien financiados de un comando de aproximadamente 70,000 personas en servicio activo, reservistas y guardias nacionales, así como civiles, están desplegados en aproximadamente 90 países. La mayoría de esas tropas son boinas verdes, guardabosques u otro personal de operaciones especiales del ejército.
Según el teniente general Kenneth Tovo, jefe del Comando de Operaciones Especiales del Ejército de EE. UU. Hasta su retiro el mes pasado, esa rama proporciona más del 51% de todas las fuerzas de Operaciones Especiales y representa más del 60 por ciento de sus despliegues en el extranjero. En un día cualquiera, solo los soldados de élite del Ejército operan en unos 70 países.

En febrero de 2018, por ejemplo, los Rangers del Ejército llevaron a cabo varias semanas de entrenamiento de guerra de invierno en Alemania, mientras que Green Berets practicaron misiones con motos de nieve en Suecia. En abril de 2018, Green Berets participó en el ejercicio multinacional anual de entrenamiento de las fuerzas de operaciones especiales de Flintlock realizado en Níger, Burkina Faso y Senegal, que involucró a tropas de Níger, Burkina Faso, Mali, Polonia, España y Portugal, entre otros.

Si bien la mayoría de las misiones involucran entrenamiento, instrucción o juegos de guerra, los soldados de las Fuerzas Especiales también participan regularmente en operaciones de combate en las zonas de guerra global expansiva de los Estados Unidos. Un mes después de Flintlock, por ejemplo, Green Berets acompañó a los comandos locales en una incursión de asalto aéreo nocturno en la provincia de Nangarhar, Afganistán, durante la cual un alto funcionario de ISIS fue supuestamente "eliminado".

En mayo de 2018, una ceremonia de premiación posterior al despliegue para los miembros del 2 ° Batallón, 10 ° Grupo de Fuerzas Especiales, que acababan de regresar de los seis meses asesorando y ayudando a los comandos afganos, ofreció algunos indicios del tipo de misiones que se están realizando en ese país. Esos Boinas Verdes recibieron más de 60 condecoraciones por valor, incluidas 20 Medallas de Estrella de Bronce y cuatro Medallas de Estrella de Plata, la tercera condecoración de combate militar más alta.

Por su parte, la Armada, según el contralmirante Tim Szymanski, jefe del Comando Naval de Guerra Especial, tiene alrededor de 1,000 SEAL u otro personal desplegado en más de 35 países cada día. En febrero, las fuerzas Naval Special Warfare y los soldados del Comando de Aviación de Operaciones Especiales del Ejército llevaron a cabo entrenamientos a bordo de un barco de asalto anfibio francés en el Golfo Arábigo. Ese mismo mes, los SEALs de la Armada se unieron al personal elite de la Fuerza Aérea de los EE. UU. En entrenamiento junto con los operadores Royal Thai Naval Special Warfare durante Cobra Gold, un ejercicio anual en Tailandia.

Las tropas del Comando de Operaciones Especiales de las Fuerzas del Cuerpo de Marines de los EE. UU., o MARSOC, se despliegan principalmente en las regiones del Medio Oriente, África y el Indo-Pacífico en rotaciones de seis meses. En cualquier momento, en promedio, alrededor de 400 "Raiders" participan en misiones en 18 países.

El Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea, que tiene una fuerza de 19,500 efectivos, civiles y de reserva, realizó 78 ejercicios de entrenamiento conjunto y eventos con naciones socias en 2017, según el teniente general Marshall Webb, jefe del Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea. En febrero de 2018, los comandos de la Fuerza Aérea realizaron entrenamientos en el Ártico (maniobras de esquí y operaciones aéreas de caída libre) en Suecia, pero esas misiones de entrenamiento son solo una parte de la historia. Los operadores especiales de la Fuerza Aérea fueron, por ejemplo, recientemente desplegados para ayudar al intento de rescatar a 12 niños y su entrenador de fútbol atrapado en el interior de una cueva en Tailandia.

La Fuerza Aérea también tiene tres alas de operaciones especiales para servicio activo asignadas al Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea, incluida la 24ª Ala de Operaciones Especiales, una unidad de "tácticas especiales" que integra fuerzas aéreas y terrestres para misiones de "precisión de ataque" y recuperación de personal. En una ceremonia de cambio de comando en marzo, se observó que su personal había llevado a cabo casi 2.900 misiones de combate en los últimos dos años.


La Fuerza Especial del Ejército de los EE. UU. somete a las tropas nigerianas en 2017. Foto del Comando de EE. UU. de África

Adición por sustracción


Durante años, las fuerzas de Operaciones Especiales de EE. UU. han estado en un estado de expansión aparentemente sin restricciones. En ninguna parte ha sido más evidente que en África. En 2006, solo el uno por ciento de todos los comandos estadounidenses desplegados en el extranjero estaban operando en ese continente. Para 2016, ese número había saltado por encima del 17 por ciento. Para entonces, había más personal de operaciones especiales dedicado a África -1.700 operadores especiales distribuidos en 20 países- que en cualquier otro lugar, excepto en el Medio Oriente.

Recientemente, sin embargo, The New York Times informó que una "revisión exhaustiva del Pentágono" de las misiones de operaciones especiales en ese continente pronto podría resultar en recortes drásticos en el número de comandos que operan allí. "No hacemos ningún comentario sobre las tareas que el Secretario de Defensa o el Jefe del Estado Mayor Conjunto pueden o no haber otorgado a USSOCOM", me dijo el portavoz Ken McGraw cuando le pregunté sobre la revisión.

Al parecer, se le ha pedido al Comando de África de EE. UU. que considere qué efecto tendría cortar los comandos allí en un 25 por ciento durante 18 meses y 50 por ciento en tres años en sus misiones antiterroristas. Al final, solo quedarían allí unas 700 tropas de élite, aproximadamente el mismo número que las que se encontraban estacionadas en África en 2014.

Después de la debacle de octubre de 2017 en Níger que dejó a esos cuatro estadounidenses muertos y aparentes órdenes del comandante de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos en África que sus comandos "planean misiones para mantenerse fuera del combate directo o no van", una Numerosos expertos sugirieron que tal revisión indicaba una reevaluación del compromiso militar en el continente.

Los recortes propuestos también parecían encajar con la última estrategia de defensa nacional del Pentágono que destacaba un cambio en el enfoque del contraterrorismo a las amenazas de competidores cercanos como Rusia y China. "Continuaremos procesando la campaña contra los terroristas", dijo el Secretario de Defensa James Mattis en enero, "pero la gran competencia de poder, no el terrorismo, es ahora el foco principal de la seguridad nacional de los EE. UU."

Una amplia gama de analistas cuestionó o criticó la reducción de tropas propuesta. Mu Xiaoming, de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército de Liberación Popular de China, comparó esa reducción en las fuerzas estadounidenses de élite con la retirada de tropas de la administración Obama en Afganistán en 2014 y señaló la posibilidad de que "el terrorismo vuelva a reaparecer en África". de los comandos estadounidenses en el continente, Donald Bolduc, como era de esperar, se hizo eco de estos mismos temores. "Sin la presencia que tenemos ahora", dijo a Voice of America, "vamos a aumentar la efectividad de las organizaciones extremistas violentas con el tiempo y vamos a perder confianza y credibilidad en esta área y desestabilizarla, incluso promover."

David Meijer, un analista de seguridad con sede en Ámsterdam, lamentó que, mientras África estaba creciendo en importancia geoestratégica y China está fortaleciendo sus vínculos allí, "es irónico que Washington reduzca su compromiso ya mínimo en el continente".

Sin embargo, esta no es una conclusión inevitable. Durante años, los miembros de SOCOM, así como los partidarios del Congreso, en los think tanks y en otros lugares, se han estado quejando en voz alta sobre el ritmo acelerado de las operaciones para las tropas de élite estadounidenses y las tensiones resultantes sobre ellos. "La mayoría de las unidades de SOF se emplean a su límite sostenible", dijo Thomas, el jefe de SOCOM, a los miembros del Congreso. "A pesar de la creciente demanda de SOF, debemos priorizar el suministro de estas demandas a medida que enfrentamos un entorno de seguridad que cambia rápidamente". Dada la influencia que ejerce SOCOM, tales quejas incesantes seguramente conducirían a cambios en la política.

En 2017, de hecho, Mattis notó que las líneas divisorias entre las fuerzas de Operaciones Especiales de EE. UU. y las tropas convencionales se estaban difuminando y que la última estaría asumiendo misiones que los comandos le habían encomendado anteriormente, particularmente en África. "Así que las fuerzas de propósito general pueden hacer gran parte del tipo de trabajo que se ve y, de hecho, es ahora", dijo. "En general, por ejemplo en Trans-Sahel [en el noroeste de África], muchas de las fuerzas que apoyan el esfuerzo encabezado por Francia no son Fuerzas Especiales. Así que continuaremos expandiendo las fuerzas de propósito general donde sea apropiado. Yo ... anticiparía un mayor uso de ellos ".

A principios de este año, Owen West, subsecretario de defensa de operaciones especiales y conflicto de baja intensidad, se refirió a los comentarios de Mattis mientras les decía a los miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara sobre la necesidad de observar la línea que separa las fuerzas operativas convencionales de SOF y tratar de aprovechar mejor las 'capacidades comunes' de nuestras fuerzas convencionales excepcionales ". Destacó particularmente las Brigadas de Asistencia de la Fuerza de Seguridad del Ejército, recientemente creadas para llevar a cabo misiones de asesoría y asistencia.

Esta primavera, el senador de Oklahoma James Inhofe, un alto miembro del Comité de Servicios Armados del Senado, recomendó que una de esas unidades se dedique a África.

Sustituir las fuerzas de esta manera es precisamente lo que el senador de Iowa Joni Ernst, un veterano de la Guerra de Irak y miembro del Comité de Servicios Armados, también ha estado defendiendo. A fines del año pasado, su secretaria de prensa, Leigh Claffey, le dijo a TomDispatch que el senador creía que "en lugar de confiar tanto en las Fuerzas Especiales, también deberíamos involucrar a nuestras fuerzas convencionales para que se hagan cargo de las misiones cuando corresponda, así como entregar operaciones a fuerzas indígenas capaces ".

Lo más probable es que los comandos estadounidenses continúen llevando a cabo sus raras incursiones en la Sección 127e junto con las fuerzas locales en todo el continente africano mientras dejan más tareas convencionales de entrenamiento y asesoramiento a las tropas de rango. En otras palabras, el número de comandos en África puede reducirse, pero el número total de tropas estadounidenses puede no serlo, con operaciones de combate encubiertas que posiblemente continúen al ritmo actual.

En todo caso, es probable que las fuerzas de Operaciones Especiales de EE. UU. Se expandan, no se contraigan, el próximo año. La solicitud de presupuesto de SOCOM para 2019 requiere la adición de aproximadamente 1,000 empleados a lo que entonces sería una fuerza de 71,000. En abril de 2018, en una reunión del Subcomité Senatorial de Amenazas y Capacidades Emergentes presidido por Ernst, el senador de Nuevo México Martin Heinrich señaló que SOCOM estaba en camino de "crecer en aproximadamente 2,000 personas" en los próximos años. El comando también está listo para hacer de 2018 otro año histórico en alcance global. Si los operadores especiales de Washington se despliegan en solo 17 países más para el final del año fiscal, superarán el total récord del año pasado.

"USSOCOM continúa reclutando, evaluando y seleccionando lo mejor. Luego capacitamos y capacitamos a nuestros compañeros para que resuelvan los problemas de seguridad nacional más desalentadores ", dijo el comandante de SOCOM, Thomas, al Subcomité de Amenazas y Capacidades Emergentes de la Cámara a principios de este año. La razón por la cual los Boinas Verdes y los SEAL de la Marina necesitan resolver los problemas de seguridad nacional, cuestiones estratégicas que deben ser abordadas por los legisladores, es una pregunta que ha quedado sin respuesta por mucho tiempo.

Puede ser una de las razones por las cuales, desde que Green Berets "liberó" a Afganistán en 2001, Estados Unidos ha estado involucrado en el combate allí y, a medida que pasan los años, una plétora de otros frentes de guerra para siempre como Camerún, Iraq y Kenia. , Libia, Mauritania, Malí, Níger, Filipinas, Somalia, Siria, Túnez y Yemen.

"La creatividad, la iniciativa y el espíritu de las personas que componen la Fuerza de Operaciones Especiales no pueden exagerarse. Ellos son nuestro mayor activo ", dijo Thomas. Y es probable que dichos activos crezcan en 2019.

martes, 24 de octubre de 2017

Hubo fallas graves de inteligencia en la emboscada en Níger

"Esto fue sofisticado": un oficial estadounidense dice que las tropas vieron señales de advertencia antes de que la emboscada de Níger


David Choi | Business Insider



Los Boinas Verdes del Ejército de los EE. UU. Realizan ajustes de elevación durante un tiroteo de estrés urbano en la Base Conjunta Lewis-McChord, Washington. ejercítio EE.UU


  • Un alto asistente del Congreso dice que un "fracaso de inteligencia masiva" puede haber jugado un papel en la emboscada de Níger que llevó a la muerte de cuatro soldados estadounidenses.
  • El Departamento de Defensa está investigando si los soldados fueron retrasados ​​y engañados en una emboscada, informaron varios medios de prensa.


La emboscada que causó la muerte de cuatro miembros del servicio estadounidense en Níger a principios de octubre se atribuyó en parte a una "falla de inteligencia masiva", dijo un asesor del Congreso a NBC News.

Alrededor de 40 a 50 militantes afiliados a ISIS presuntamente tendieron una emboscada a un escuadrón de 12 personas de soldados estadounidenses, matando a tres Boinas Verdes y un soldado cerca de la frontera entre Níger y Malí. Otros dos fueron heridos durante el asalto.

La operación, que tenía como objetivo establecer relaciones con los líderes locales, se consideraba de bajo riesgo y se consideraba de rutina después de realizarse unas 30 veces en los últimos meses.

El asistente también dijo que las fuerzas estadounidenses no contaban con un amplio soporte de vigilancia aérea y sin una fuerza de reacción rápida -un equipo de respuesta de emergencia- para la misión. Los aviones de combate franceses, que supuestamente llegaron en 30 minutos después de la llamada de salida, jugaron un papel crucial en la lucha, según el asistente.

Un diplomático dijo que los funcionarios franceses estaban frustrados con la misión, particularmente porque las tropas estadounidenses tenían inteligencia limitada y no tenían planes de contingencia, informó Reuters.

Aunque varias oficinas del Departamento de Defensa iniciaron investigaciones sobre el incidente, el asesor notó que uno de los escenarios que se investigaba era si los soldados estadounidenses se retrasaron intencionalmente en la aldea que visitaban. El asistente dijo que los soldados perseguían a hombres en motocicletas, que los atrajeron a la emboscada, según NBC News. Allí, se encontraron con granadas propulsadas por cohetes y vehículos improvisados ​​preparados para el combate.


Un sargento de armamento de las Fuerzas Especiales de los EE. UU. Observa a un soldado del ejército de Níger durante el entrenamiento de tiro como parte de Exercise Flintlock 2017 en Diffa, Níger, 28 de febrero de 2017. US Army / Sgt. Primera clase Christopher Klutts

Otro informe sugirió que los soldados fueron emboscados mientras caminaban de regreso a sus vehículos sin blindar, después de su reunión con los líderes de la aldea. Un alto funcionario de inteligencia de EE. UU. Dijo a ABC News que las tropas estadounidenses detectaron que algo andaba mal cuando vieron a dos motocicletas salir corriendo del pueblo: "Se les puso pelo en la nuca", dijo el alto funcionario.

Los soldados entonces sintieron que estaban siendo detenidos por el anciano de la aldea, continuó el oficial. Cuando finalmente se iban, los militantes atacaron desde ambos lados de la carretera.

"Esto fue sofisticado", dijo el oficial, "Nuestros muchachos no solo fueron duramente golpeados, sino que fueron golpeados en profundidad".

Cuando el polvo se asentó, alrededor de 21 militantes fueron asesinados. Posteriormente, los militantes fueron enterrados en el lado maliense de la frontera, informó ABC News.

"Entonces, si bien esto fue una tragedia, lo que se ha perdido es cuán bien se ha absuelto nuestro pueblo", continuó el funcionario, "Perdimos cuatro, pero al menos 21 murieron de su lado".

El viernes, el senador Lindsey Graham de Carolina del Sur dijo que aunque no podía dar detalles sobre el ataque, los soldados habían "muerto en defensa de Estados Unidos".

"Esta guerra se está poniendo caliente en lugares donde hace fresco", dijo Graham. "El público estadounidense necesita prepararse para más operaciones. Vamos a ser más agresivos".