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lunes, 3 de marzo de 2025

Fábrica de armas: Cardoen

Industrias Cardoen




Industrias Cardoen fue una empresa chilena de defensa, propiedad de Carlos Cardoen. La empresa produjo, entre otros elementos, bombas de racimo y helicópteros militares de bajo costo. Los principales clientes de Industrias Cardoen fueron, además del propio mercado interno chileno, otros países en vías de desarrollo o del «Tercer mundo», como Sudáfrica, Irak, Irán y Ecuador.




Historia

Inicios y apogeo (1978-1985)

Carlos Cardoen ingresó al negocio armamentístico en 1978, cuando Chile —bajo una dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet— se encontraba en pleno conflicto con Argentina por el canal Beagle. Paralelamente, los Estados Unidos habían impuesto un bloqueo a la venta de armas al régimen de Pinochet, conocida como la «Enmienda Kennedy» por su promotor, el senador Ted Kennedy. Por ello, el Ejército chileno comenzó a buscar mercados alternativos para conseguir armamento ante la tensa situación con el país trasandino. Hasta ese entonces, Cardoen había incursionado en el negocio de los explosivos para faenas mineras, pero ante la coyuntura diversificó su producción a minas antipersona y armamento antitanque.

Durante la década de 1980, Industrias Cardoen amplió sus mercados, siendo uno de los principales proveedores de armamento —principalmente bombas de racimo— del régimen de Saddam Hussein en Irak, país que entre 1980 y 1988 mantuvo una guerra con Irán. Se estima que Industrias Cardoen recibió de Hussein unos 200 millones de dólares por la venta de material bélico. Estados Unidos no sólo permitió que Cardoen exportara armas al régimen iraquí, sino que fomentó el negocio y protegió al empresario chileno en algunos problemas posteriores. Según Howard Teacher, del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Cardoen recibió ayuda de la CIA, y la Casa Blanca monitoreó la situación judicial de Carlos Cardoen cuando en 1983 fue arrestado en Miami por un supuesto contrabando de dispositivos de visión nocturna a Cuba y Libia.

El año 1984, Cardoen encargó el diseño de un prototipo de helicóptero militar construido a partir de uno civil, al ingeniero aeronáutico y piloto chileno René M. González. El modelo, o mockup del helicóptero, basado en el MBB Bo 105, fue estrenado en la Feria Internacional del Aire (FIDAE) de 1986. Un prototipo artillable pero no antitanque basado en el Bell 206L-III, voló por primera vez en 1989 con el mismo Cardoen como piloto de pruebas. Esta aeronave fue incautada por la aduana de Estados Unidos en marzo de 1991, mientras postulaba a la certificación de la Administración Federal de Aviación en Texas.



Incidentes y fin de la empresa (1986-1994)

El 25 de enero de 1986 una de las plantas de la empresa, ubicada en la localidad de Alto Hospicio (en ese entonces comuna de Iquique), en la Región de Tarapacá, Chile, fue destruida por una explosión, que Cardoen atribuyó a un sabotaje. En el incidente fallecieron 29 de sus trabajadores.

En 1987, ante el inminente fin de la guerra entre Irak e Irán, Cardoen comenzó a invertir en otros rubros, como el frutícola, mediante la importación de kiwi a Chile. Para ese entonces la empresa tenía fábricas en Chile, Argentina, España e Irak. Sin embargo, siguió siendo uno de los productores más importantes de bombas de racimo en el mundo, como lo consignaba la literatura especializada en 1991.

El buen trato del gobierno estadounidense hacia Cardoen cambiaría tras la Guerra del Golfo (1990-1991); en 1992 se revelaría que Industrias Cardoen violó el embargo de armas decretado por Estados Unidos tras la invasión de Hussein a Kuwait, lo que significó la incautación del prototipo Cardoen-Bell 206 L-III, y la posterior denuncia, el 27 de mayo de 1993, del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, de que Cardoen habría utilizado circonio obtenido ilegalmente en los Estados Unidos para la fabricación de bombas de racimo en Chile, que fueron vendidas a Irak. En noviembre de 1994 la Interpol publicó la orden de captura internacional de Carlos Cardoen, imposibilitándolo de salir del país. También se confiscaron sus propiedades en Florida por un valor de US$ 30 millones. Luego de ello, Industrias Cardoen cambió su nombre a Metalnor.


lunes, 12 de junio de 2023

PGM: Minas masivas contra la guerra de trincheras

Minas masivas

Weapons and Warfare






1 MUNDO SUBTERRÁNEO Compañías especializadas en excavación de túneles cavaron trincheras subterráneas en gran parte del frente occidental, como las que se conservan en la cantera de Wellington debajo de Arras, en el noreste de Francia. Los túneles de la mina estaban entre los más ambiciosos de todos.



2 BIG BANG Una fotografía rara captura la explosión de la mina debajo del reducto de Hawthorn Ridge, repleta de 18 toneladas de explosivos, al comienzo de la Batalla del Somme en junio de 1916.



3 IMPACTO DURADERO La mina Lochnagar de 24 toneladas, detonada al comienzo de la Batalla del Somme, dejó un cráter de unos 91 metros (300 pies) de ancho y 21 metros (70 pies) de profundidad, que se ha conservado en conmemoración de la batalla

UBICACIÓN Flandes Occidental, Bélgica

CENTRO DE POBLACIÓN MÁS CERCANO Gante

DESCRIPCIÓN GENERAL DEL SECRETO Acceso restringido: hogar de la mina sin explotar más grande de la Primera Guerra Mundial.

La Basse Cour (que se traduce como "The Farmyard") es una granja privada de 60 hectáreas (150 acres) cerca de la ciudad de Ypres. En medio del tira y afloja del frente occidental de la Primera Guerra Mundial, su ubicación en Messines Ridge lo colocó en la primera línea de las hostilidades. Hoy, la granja se asienta sobre una enorme mina de 22 500 kilogramos (50 000 libras) que aún no ha detonado.

Messines Ridge cayó bajo control alemán en los primeros meses de la Primera Guerra Mundial y permaneció así hasta 1917. Era un objetivo importante para las fuerzas británicas estacionadas en el área y, a medida que se hizo cada vez más claro que la guerra de trincheras solo estaba produciendo un estancamiento, se puso en marcha un plan radicalmente nuevo.

A partir de enero de 1916, las tropas británicas comenzaron a cavar túneles subterráneos desde sus líneas alrededor de Ypres Salient hacia los campamentos alemanes en Messines. La idea era colocar una serie de minas que pudieran explotar poco antes de una gran ofensiva de tropas. De hecho, el esquema se suspendió hasta 1917, cuando se colocaron bajo tierra 25 minas y 450 000 kilogramos (1 millón de libras) de explosivos a lo largo de un frente de 11 kilómetros (7 millas) después de un período heroico de excavación subterránea.

Las fuerzas británicas bajo el mando del general Sir Herbert Plumer iniciaron un fuerte bombardeo de las posiciones alemanas hacia fines de mayo de 1917. El 7 de junio, Plumer dio la orden de detonar las minas, creando una explosión que cobró entre 6.000 y 10.000 vidas enemigas y que supuestamente era lo suficientemente fuerte como para ser escuchado en Londres. En una semana, los británicos habían asegurado Messines Ridge.

Sin embargo, seis de las minas británicas sobrevivieron intactas a la operación. Cinco de ellos quedaron sin detonar por razones estratégicas, mientras que el sexto se perdió durante un ataque de contra-minería alemán y nunca se recuperó. Se encontraba debajo de una granja entonces conocida como Le Petite Douve, que fue rebautizada como La Basse Cour por sus propietarios, la familia Mahieu, después del conflicto.

Y allí la mina sobrevive hasta nuestros días. Mientras que otra de las minas de Messines explotó espontáneamente en 1955 durante una tormenta eléctrica, la bomba debajo de La Basse Cour permanece enterrada a unos 24 metros (80 pies) debajo de la propiedad de Mahieus. Su ubicación exacta fue señalada en la década de 1990 por investigadores británicos utilizando mapas históricos del área, pero es probable que solo los temerarios quieran pinchar y pinchar a este bruto dormido pero potencialmente mortal.