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jueves, 26 de septiembre de 2024

PGM: La recuperación del Fuerte Douaumont (II/II)


La recuperación del Fuerte Douaumont (II/II)

Weapons and Warfare

 

Lo siguiente es de un relato de otro soldado, identificado simplemente como 'M':

Por fin ha llegado el momento y nos lanzamos a conquistar las posiciones enemigas, que no ofrecen resistencia, y los pocos hombres que aún quedan con vida salen de sus agujeros gritando: '¡KAMARAD!'

La artillería alarga su alcance, cien metros por cien metros, por lo que seguimos avanzando tras el muro de fuego y así llegamos a la primera línea; desde allí, después de un breve respiro de cinco minutos, partimos nuevamente para el asalto a la segunda línea, que es la meta indicada por el General de División.

Allí, como en la primera línea, el enemigo no opone resistencia.

Al llegar a la línea, comenzamos a cavar algunos pequeños agujeros que nos permitan al mismo tiempo mantenernos fuera de la vista del enemigo y protegernos de su artillería. El día transcurre así, por la noche todos trabajan y hacen guardia al mismo tiempo, y así seguimos hasta la tarde del día 25, sin que el enemigo nos moleste.

El cansancio comienza a hacerse sentir, las botellas de agua están vacías y los grupos de fatiga del agua no llegan, pero de todos modos lo aguantamos con la esperanza de sentirnos aliviados al día siguiente por la tarde.

Todo aumenta nuestra miseria. A las ocho empiezan a caer grandes gotas de lluvia, la tierra se pone resbaladiza y llena de barro nuestra zanja; por otra parte, esta agua, tan preciosamente recogida en nuestras tazas colocadas sobre el parapeto, servirá para humedecer nuestros labios resecos, y así transcurrirá la noche hasta el amanecer del día 26.

Al amanecer las nubes comienzan a romperse y el sol aparece en varios puntos; nuestros aviones aprovechan esto para sobrevolar las líneas enemigas; El piloto alemán no se queda inactivo y señala nuestras nuevas posiciones a su artillería. Además, hacia las 6 en punto los proyectiles de nuestros cañones de todos los calibres comienzan a caer a nuestro alrededor.

A las 2, a pesar de este terrible bombardeo las pérdidas son mínimas, pero en ese mismo momento los misiles caen exactamente en la trinchera; A la izquierda de mi sección alguien me dice que ya son varias las víctimas, pero ni siquiera da tiempo a preguntar los nombres de sus compañeros antes de que un proyectil de gran calibre explote en medio de nosotros.

Me siento abatido, esta vez me doy cuenta de que estoy gravemente herido, una herida sin duda grave me aprieta como una prensa en el abdomen, y estoy seguro también de que he perdido todo uso de mis fuerzas del brazo derecho.



Haciendo acopio de fuerzas, me levanto y miro a mi alrededor; mis dos cabos que estaban allí han sido abatidos muertos.

El horror del espectáculo me devuelve más fuerzas. Y sin importarme las consecuencias me arrastro dolorosamente hasta el puesto de primeros auxilios. donde el médico enfermero me brinda inmediatamente las primeras atenciones que mi condición requiere.

A las cinco comienza el difícil transporte de los heridos; El trabajo es duro para nuestros camilleros que nos llevan.

Por fin aquí estamos, llegados al primer apeadero, el Puesto de Socorros del batallón; Ahí voy a pasar la noche.

Al día siguiente temprano, otros camilleros vienen a recogernos y transportarnos a un segundo puesto de socorro, y así de puesto de socorro en puesto de socorro somos transportados directamente al cuartel Marceau.

Desde allí nos transportan en camiones, sólo un corto trayecto; Al cabo de diez minutos llegamos al hospital de campaña de Dugny. Enseguida me llevan al quirófano; el médico me anima diciéndome que he tenido un poco de suerte, que la herida en mi abdomen, que él mismo consideraba grave, es muy leve.

Esa misma noche me eligen para ser transportado a la retaguardia. Me llevan en camión hasta Souilly, donde me suben a un tren-hospital, y desde allí me dejan de formar en Revigny, donde me destinan al Hospital Inglés de Faux Miroir, donde estoy en el momento presente rodeado del mayor cuidado del personal.

Ambos relatos tienen esa visión cercana del luchador atrapado en la pelea: las hormigas en el hormiguero. Pero la toma de Douaumont podría parecer casi una experiencia de nivel místico para aquellos que no estaban involucrados en el tira y afloja de la acción y, por lo tanto, eran capaces de comprender el significado de lo que estaba sucediendo. Así, el teniente coronel Picard, completando su descripción de la toma del fuerte, se vio impulsado a escribir:

Cuando la victoria, con sus grandes alas luminosas, toca el alma de un combatiente, hay tal embriaguez, un orgullo tan noble, que nada, nada, ni siquiera la muerte gloriosa en el campo de batalla, podría igualar la felicidad de vivir semejante experiencia. ¡tiempo!

Si la primera fase de la batalla había sido observada por un distinguido comentarista británico en la persona de H. Warner Allen, la última fase vio la visita del conocido corresponsal de guerra del Daily Telegraph, Ellis Ashmead-Bartlett, famoso por su informes de testigos presenciales de Gallipoli el año anterior. Viajando con otros cinco miembros de la prensa británica y estadounidense, llegó a la ciudad el día antes de la ofensiva contra Douaumont. La primera visita del grupo fue a la Ciudadela, donde se les mostró "cada detalle de esta maravillosa fortaleza subterránea"; Un detalle que le impresionó especialmente fue el hecho de que en la Ciudadela se horneaban diariamente 30.000 hogazas de pan para su enorme guarnición en constante cambio. Luego, el gobernador militar de la ciudad, el general Dubois, los agasajó con una comida: "un almuerzo realmente maravilloso, bellamente preparado por un chef premiado y regado con algunos de los mejores vinos de Francia". De hecho, este oficial de buen corazón había enviado hasta Bar-le-Duc en busca de lujos como pasteles y pasteles por los que la ciudad es famosa. Siguió una visita guiada por las calles de la ciudad, para mostrar, nuevamente "con gran detalle", los pasos que se habían tomado para la defensa puerta a puerta de Verdún en caso de que hubiera surgido tal contingencia: "El plan era convertir cada casa –o mejor dicho, sótano– que abunda en el lugar, en un fuerte separado, y cada una debía ser defendida à outrance.'

Pero el foco principal de su visita fue el verdadero fuerte que sabían que estaba a punto de ser atacado y cuya recuperación les brindaría la historia que haría que su viaje valiera la pena. La tarde siguiente, el día 24, habiendo sido llevados a un lugar ventajoso en el Fuerte de la Chaume, en la orilla izquierda del Mosa, pudieron observar, aunque desde cierta distancia, el momento real de la victoria:

Alrededor de las 3 de la tarde el tiempo mejoró un poco y el sol hizo un valiente esfuerzo por salir. Así pudimos presenciar las últimas etapas del avance contra Douaumont. Se podía observar la tremenda cortina de fuego de artillería que se acercaba lentamente. De repente, unos cohetes rojos brillaron hacia el cielo a través de la oscuridad. Esta fue la señal preestablecida de que se había vuelto a ganar el fuerte.

El evento llevó a Ashmead-Bartlett a alturas notables de elocuencia:

Así se cumplió el momento culminante de la guerra, tal vez de toda la historia. El ejército francés de Verdún, exhausto e inútil, según los informes del enemigo, retomó en siete horas, sin retirar un hombre ni un arma del Somme, prácticamente todo el territorio que el ejército del Príncipe Heredero sólo pudo ganar y mantener a una velocidad de aproximadamente medio millón de las mejores tropas alemanas y por el gasto de una cantidad sin precedentes de material y municiones.

Pero el evento más memorable de su gira aún estaba por llegar: una visita escoltada al fuerte real, antes de que los combates hubieran terminado por completo y mientras la zona todavía estaba bajo el fuego de los cañones enemigos. Todavía se veían carteles alemanes en las galerías, pero ahora estaba completamente guarnecido por los franceses; de hecho, con cazadores como los valientes soldados que todos esos meses antes habían luchado con el difunto coronel Driant. Ashmead-Bartlett observó las largas cámaras abovedadas que parten de las galerías utilizadas como cuarteles, cada una con doble hilera de literas de madera: "En el interior se ven cientos de guerreros fuera de servicio dormidos envueltos en mantas". Pero lo que más ansiaba ver eran las señales del reciente ataque exitoso:

Especialmente interesante fue el lugar en las galerías superiores por donde habían entrado proyectiles de 400 mm. Estaba amaneciendo y una pálida luz brillaba a través de este arco tallado en el sólido hormigón por estos pesados ​​proyectiles. Había centinelas vigilando la abertura que rápidamente se estaba reparando. Miras más allá, hacia un mar de enormes cráteres de conchas. No hay lujos ni comodidades de ningún tipo para la guarnición, ya que sólo ha sido posible llevar a cabo las necesidades básicas de la vida y una reserva de municiones. Caminé a través de todas estas largas galerías, húmedas, frías y sucias, y estudié a los heroicos defensores. Son grandes tipos estos cazadores. Tienen frío, están cubiertos de barro y cansados ​​por el trabajo incesante de transportar suministros, pero siempre decididos e indomables. Han recuperado el fuerte y nunca más lo entregarán.

Resumiendo toda su visita al sector de Verdún, Ashmead-Bartlett escribió, en términos que sólo pueden haber sido música para sus anfitriones franceses:

El campo de batalla de Verdún tiene una atmósfera diferente a cualquier otro en el que haya estado. Sus horrores también son mayores. Pero al mismo tiempo hay un sentimiento de intensa satisfacción. Reconoces la realización de una gran obra maestra. Sientes, como rara vez tienes la oportunidad de sentir en esta guerra, que se ha logrado algo vital y decisivo, y que el trabajo nunca podrá deshacerse... Fue en Verdún donde el pueblo francés se encontró de nuevo y salió de la crisis. nubes que se ciernen sobre ellos desde hace cuarenta y cinco años.

Cuando los franceses recuperaron el fuerte de Douaumont, también recuperaron la aldea de Douaumont. El regimiento que se apoderó de ella tenía entre sus miembros al sacerdote-soldado Pierre Tailhard de Chardin, aunque su batallón estaba en reserva para el ataque real. "Las tropas coloniales de mi brigada capturaron el punto fuerte". le escribió a su prima unos días después. "Ya ves, tuvimos nuestra parte de gloria, y casi sin pérdidas, al menos durante el ataque". A la mañana siguiente, al amanecer, avanzaron hasta una posición en el terreno ganado: 'Debo decir que ese no era el mejor momento. Pasé un día de lo más desagradable con mi comandante en un agujero de obús justo al lado de la granja Thiaumont, bajo un bombardeo continuo y prolongado que parecía querer matarnos poco a poco. Esas horas son la otra cara de la gloria del ataque.

Intentó describir sus impresiones reconociendo "una especie de depresión e inercia, en parte debida al papel poco activo desempeñado por mi unidad". Afortunadamente, esta falta de actividad, esta falta de “ir”, fue compensada por el estímulo de tener mucho que hacer. De todos modos no sentí que mi espíritu fuera realmente heroico.' Hasta aquí para él, pero contemplar el entorno y las circunstancias produjo una respuesta extrañamente estimulante, aunque la conciencia de la tragedia subyacente de todo esto nunca estuvo lejos:

Desde un ángulo más especulativo, casi "diletante", disfruté profundamente, en breves momentos, del lado pintoresco del país y de la situación. Si olvida que tiene un cuerpo que arrastrar por el barro como un caracol, la zona de Douaumont es un espectáculo fascinante. Imagínese una vasta extensión de laderas sombrías y desnudas, salvajes como un desierto, más agitadas que un campo arado. Todo esto lo recuperamos. Volví a ver los lugares donde, en agosto, me acurruqué en agujeros que todavía puedo distinguir y en los que cayeron mis amigos. Ahora se puede pasar por encima sin miedo: la cima de arriba y dos kilómetros más allá están ahora en nuestras manos. Apenas se ven rastros de los Boche, excepto alrededor de algunos refugios, algunas vistas espantosas que uno mira sin inmutarse: todo ha sido enterrado por las conchas. Para volver a la retaguardia en busca de raciones, hay que (hasta que se hayan construido algunas trincheras de comunicación) recorrer tres cuartos de kilómetro a través de este caos de enormes cañones y traicioneras manchas de barro, siguiendo algunas pistas improvisadas...

Aún quedaban en pie algunos fortines de hormigón, marcando el doloroso camino. No os podéis imaginar lo extraño que era ver estos refugios perdidos en el caos del campo de batalla, especialmente de noche. Como en las posadas a lo largo de una carretera principal o en las cabañas de los montañeses entre los glaciares, toda una población heterogénea de heridos, rezagados, sonámbulos de todo tipo, se amontonaban con la esperanza de dormir unos momentos, hasta que algún deber inevitable o la voz furiosa de un oficial hizo que una pequeña habitación pronto fuera ocupada de nuevo por alguna nueva figura, empapada, empapada y aprensiva, emergiendo de la negra noche...

Todos estos horrores, debo añadir, para mí no son más que el recuerdo de un sueño. Creo que vives tan inmerso en el esfuerzo inmediato del momento que poco de ellos penetra en tu conciencia o memoria. Y además, la desproporción entre la existencia en el campo de batalla y la vida en tiempos de paz (o al menos en los alojamientos de descanso) es tal que la primera, vista retrospectivamente desde la segunda, nunca es más que una fantasía y un sueño.

Y, sin embargo, los muertos nunca despertarán de ese sueño. Mi batallón tuvo relativamente pocas bajas. Otros, en nuestro flanco, tuvieron más mala suerte. El pequeño Padre Blanco que fue a veros al Instituto el pasado mes de febrero, fue asesinado. Ora por él. Ahora soy una vez más el único sacerdote del regimiento.

La batalla de Douaumont produjo una enorme cosecha de víctimas mortales e, inevitablemente, un mayor número de heridos. Entre el personal del Hospital Británico de Casos de Urgencia en Revigny que se enfrentaba a la afluencia de víctimas se encontraba una colega de alto rango de la enfermera Winifred Kenyon, la hermana SM Edwards. Escribió una descripción de sus experiencias en ese momento que eventualmente aparecería en la revista de la casa Faux Miroir bajo el título 'Pensamientos de una hermana nocturna'. Su relato, que muestra cuántos, variados y de diferentes orígenes eran los pacientes que estuvieron bajo el cuidado del hospital, es quizás tanto más efectivo por estar escrito en tercera persona, casi como si fuera una escena de una novela. Pero aunque escribió con estilo, escribió con mucha compasión:

El cirujano ha hecho su última ronda y con un alegre "Buenas noches" se ha ido. La hermana permanece en la puerta de la sala hasta que sus pasos se apagan. Una a una, las luces del castillo, que brillan entre los árboles, se apagan y, salvo sólo por el destello de luz de las cabañas y las estrellas brillantes en lo alto, el lugar queda envuelto en la oscuridad. Con un escalofrío, porque las noches son frías, se da vuelta y entra en la sala. Va de cama en cama, dando de beber aquí, alisando una almohada tirada allá, arropando como si fuera un niño a algún valiente que acaba de atravesar los horrores de esas espantosas laderas en las que desde hace nueve meses se libra la batalla de Verdún. . Luego, en silencio, se sienta junto a la pequeña estufa de hierro, tratando de mantenerse caliente en esta amarga noche de invierno, y mientras se sienta escucha y piensa.


Oye las frases murmuradas y medio entrecortadas de los hombres mientras dan vueltas en su sueño inquieto, y piensa en los hijos de Francia que yacen allí sufriendo "pour la Patrie". Piensa en el número 20, de la lejana Bretaña, con su rostro áspero como las escarpadas rocas de la costa en la que ha capeado muchas tormentas. Ahora ha capeado su última y más terrible tormenta, la tormenta de la batalla. Piensa en el número 12, que ha venido de las alturas de Saboya. Allí yace terriblemente lisiado, porque la mortal gangrena gaseosa ha hecho su terrible trabajo y nunca más volverá a escalar sus hermosas montañas. Él está sólo en el umbral de la vida. '¡Oh! C'est triste la guerre', eso es todo lo que dicen estos hombres: 'Es tan triste esta guerra'. Un espíritu maravilloso, este espíritu de Francia. Sí, son muchos de sus hombres los que están reunidos aquí; porque aquí hay hombres de los campos de Normandía; de los cielos soleados y los campos de naranjos de la Costa Azul; de las laderas cubiertas de viñedos de los Pirineos; y de más lejos todavía han venido; porque allí se encuentra Abdallah, del lejano Túnez, y Bamboula, del aún más lejano Senegal. De nuevo escucha y piensa.

Oye retumbar el cañón. Qué cerca suena en el silencio de la noche. Cómo hace que la cabaña vibre y tiemble. Piensa en la terrible destrucción que está provocando la mano del hombre en la hermosa tierra de Dios. Piensa en los hombres que, lejos en la línea de fuego, donde reinan el terror y la desolación, están verdaderamente pasando por un infierno. Y ella hace la pregunta sin respuesta: ¿Por qué deberían ser tales cosas?...

Oye el ruido de los trenes cargados que pasan sin cesar hacia el frente con su carga de hombres y municiones para ser arrojados contra el poder de Alemania. Y piensa en el heroísmo y la resistencia indomables que han resistido ese poder durante todos estos largos meses, y su corazón se llena de gratitud y admiración. De nuevo escucha y piensa.

El viento se está levantando y lo oye suspirar entre los pinos, y es como si fueran las Voix de Morts –las voces de los muertos– implorando que su sacrificio no sea olvidado, y piensa en esos valientes que han Pasaron a través de esos pinos hasta su último lugar de descanso. Piensa en las pequeñas cruces de madera que ve por todas partes en este triste rincón de Francia (en los campos, en los bosques, en los jardines) y pregunta: '¿Es en vano que han muerto?'

'¡Mamá hermana, mamá hermana!' '¡Hermana hermana!' La hermana sale de su ensoñación. Es el número 8: se llama Bébé, por su pelo rizado y su espíritu juvenil. Ha estado soñando. Había perdido su regimiento y luchaba por recuperarlo. Una palabra tranquilizadora, un 'Quelque chose à boire' - 'algo de beber' y se tranquiliza para volver a dormir.

La larga noche ha pasado. Ahora están todos despiertos y qué brillantes y alegres están. 'Bonjour, ma Soeur, bonjour', resuena por todos lados, y 'Bonjour, tout le monde', responde la hermana mientras se apresura, preparándolos para el desayuno. Compañeros valientes y alegres. Es el recuerdo duradero de los "bienaventurados", con su sencillez infantil, su buen humor y su paciencia, el que la Hermana llevará consigo a Inglaterra desde un hospital "en algún lugar de Francia".

jueves, 12 de septiembre de 2024

PGM: La recuperación del Fuerte Douaumont (I/II)

La recuperación del Fuerte Douaumont (I/II)

Weapons and Warfare

 

 

Tropas de choque alemanas entrenándose para el ataque. Los Stormtroopers alemanes se utilizaron por primera vez en la batalla de Verdún.



The Scared Way: la ruta de suministro francesa a Verdún.

La Guía Michelin del campo de batalla, publicada poco después de la guerra con el título Verdún y las batallas por su posesión, identificó cuatro períodos en la batalla de 1916. El primero, a partir del 21 de febrero, denominó "ataque sorpresa"; el segundo, cuando la margen izquierda entró en escena, el "ataque general"; la tercera fase, que databa desde mediados de abril hasta el primer día de la batalla del Somme, el 1 de julio, fue la del "desgaste"; la cuarta fase, que fechó del 1 de julio de 1916 a 1917, la denominó período de "retirada y estabilización", lo que implica que la retirada fue por parte de los alemanes, la estabilización por parte de los franceses. Desde principios de julio, sugirieron los editores de la Guía (aunque podría argumentarse que la fecha elegida fue demasiado pronto), la cuestión quedó de hecho decidida; todo lo que se necesitaba era llevar la campaña a una conclusión satisfactoria. Sin embargo, a los ojos de los franceses, la estabilización no significaba sellar la línea en el punto más lejano del avance alemán; significaba recuperar el terreno perdido. En otras palabras, los franceses querían su revancha: su venganza.

Antes de que comenzara la revancha, los franceses sufrieron su propia y espantosa tragedia menor, comparable al horror alemán en Douaumont en mayo. Ocurrió el 4 de septiembre y tuvo como escenario el túnel ferroviario de Tavannes, en la línea –inoperativa desde el inicio de las hostilidades– entre Verdún y Metz y cerca del Fuerte de Tavannes. Se utilizaba como fuerte complementario y estaba repleto de armas, explosivos y tropas. De nuevo se produjo algún tipo de combustión que se salió de control (probablemente causada por un mal manejo de las granadas) que provocó una serie de explosiones y un terrible incendio que duró tres días y mató a varios cientos de hombres. Los que intentaron escapar fueron capturados por la artillería enemiga, que había notado los signos reveladores del desastre, como lo habían hecho los franceses en mayo, y reaccionó en consecuencia. Sin embargo, el túnel no se convirtió en un santuario, como ocurrió en

 Douaumont. Quizás el mejor recuerdo de este desafortunado acontecimiento sea el hecho de que el túnel volvió a desempeñar la función para la que fue construido tan pronto como las condiciones lo permitieron. Los trenes todavía lo atraviesan hoy.

Un acontecimiento muy diferente tuvo lugar en Verdún apenas nueve días después, el 13 de septiembre. En una ceremonia celebrada en una casamata de la Ciudadela, transformada temporalmente en sala de fiestas, el presidente Poincaré entregó formalmente a las autoridades municipales una serie de condecoraciones conferidas a la ciudad por los Jefes de Estado Mayor de los países aliados: la Cruz de San Jorge de Rusia , la Cruz Militar Británica, la medalla al valor militar de Italia, la Cruz de Leopoldo I de Bélgica, la medalla 'Ohilitch' de Montenegro y la Croix de Guerre y Croix de la Légion d'Honneur de Francia. En la ocasión estuvieron presentes los generales Joffre, Pétain y Nivelle, el gobernador militar de  Verdún , el general Dubois, además del ministro de Guerra francés y representantes de los aliados. Posteriormente el Gobierno francés conferiría a la ciudad una Espada de Honor. El drama de Verdún de 1916 aún no había terminado, pero pasara lo que pasara en las próximas semanas, la ciudad había adquirido claramente una reputación que se consideraba inexpugnable.

Los franceses no estaban de humor para apresurar su nueva ofensiva. Si el intento anterior contra
 Douaumont en mayo se hubiera lanzado prematuramente y bajo un mando dividido, con Pétain desaprobando los planes de sus subordinados, este no sería el caso en octubre (aunque, más tarde, el éxito le quitaría significativamente el crédito al siempre -Pétain cauteloso con sus colegas más agresivos). Mientras tanto, entre algunos alemanes reinaba un sentimiento de modesta satisfacción, la sensación de que, por una vez, en el sector

 de Verdún había mejores perspectivas por delante. Claramente no iba a haber más ataques de sacrificio, mientras que la experiencia previa sugería que si los franceses actuaban contra ellos podrían hacer frente. Todo esto se desprende del diario del teniente W. Weingartner de la 38.ª Compañía Minenwerfer. Escribiendo en septiembre mientras descansaba, señaló:

La vida es tranquila en este momento y nos tumbamos al sol y dormimos.

Los franceses no pueden alcanzarnos con sus armas.

No tememos un ataque francés y podremos derrotarlos porque nuestros Werfers son mucho mejores que todo lo que tienen.

Dio la casualidad de que Weingartner no estaría allí para saber en persona que su confianza estaba fuera de lugar. En la noche del 11 al 12 de octubre, su 38.ª División Jaeger fue enviada al Somme, una indicación de que la batalla del Somme estaba cumpliendo una de sus funciones principales: la de debilitar el compromiso alemán con la campaña de Verdún.

No había dudas sobre la principal ambición de los franceses mientras hacían sus preparativos para la siguiente y última fase: querían recuperar
 el Fuerte Douaumont.

La falta de artillería adecuada fue fundamental para el fracaso del ataque de Nivelle/Mangin en mayo. Esto ahora estaría remediado. Se iban a utilizar cañones pesados ​​en el lado francés, incluidos dos superpesados; Cañones monstruosos de 400 mm tan formidables que al principio se mantuvieron en secreto, de la misma manera que los "tanques" se habían mantenido ocultos en el Somme, sólo unas semanas antes. Se prestó gran atención a preparar a la infantería para el momento en que llegarían a la cima. Cerca de Bar-le-Duc se creó un modelo a tamaño real del campo de batalla, para que pudieran familiarizarse con sus puntos de ataque. También fueron entrenados para avanzar detrás de una barrera progresiva: un bombardeo que avanzaba constantemente tras el cual la infantería podía moverse con cierta seguridad de protección. Había habido casos anteriores de esta técnica (por ejemplo, en el frente ocupado por la 18.ª División británica el primer día del Somme), pero aquí iba a aplicarse a una escala mucho mayor. Además, habría un bombardeo masivo y sostenido antes de que comenzara el ataque de infantería: una andanada que se "calentaría" en etapas para que los cañones realmente grandes sólo atacaran hacia el final.

Mientras tanto, antes de eso, se inició un proceso constante de ablandamiento, bombardeando las líneas alemanas con proyectiles para que sus ocupantes nunca pudieran relajarse. Por una vez, los dioses del tiempo jugaron del lado francés al proporcionar un período de lluvia casi incesante, que combinado con los efectos del fuego de artillería convirtió las trincheras alemanas en líneas de barro prácticamente inhabitables. El proceso de ablandamiento también se extendió al propio Fuerte; poco a poco la cubierta de tierra fue desprendiéndose, haciéndola más vulnerable a los proyectiles franceses más grandes cuando llegaba el momento de hacer su contribución crucial.

Tanta lluvia no significaba disponibilidad de agua potable, por lo que los franceses, conscientes del destino de Fort Vaux, contrataron a un ingeniero que había trabajado en el Canal de Panamá para asegurarse de que cuando sus tropas llegaran al fuerte se instalaría pronto un suministro de agua confiable. después.

Irónicamente, cuando los franceses atacaron Fort Douaumont, Douaumont el 24 de octubre, estaba incluso más vacío que cuando los alemanes lo capturaron meses antes. El bombardeo francés previo a la batalla había funcionado mejor de lo que los comandantes franceses se habían atrevido a esperar. Pétain, escribiendo más de una década después, tras la divulgación de información del lado alemán hasta entonces desconocida, se permitió casi una pizca de desprecio cuando describió lo que había sucedido:

Cinco disparos de nuestros morteros calibre 400 durante la jornada del 23 de octubre provocaron verdaderos desastres, derribando a su vez la enfermería y cuatro de las casamatas más importantes del segundo piso. Esa tarde, otras explosiones destruyeron el puesto de pioneros, incendiaron un depósito de mechas y municiones para ametralladoras e hicieron inhabitables la mayor parte de las galerías, llenándolas de un humo espeso y asfixiante. Al no tener agua para controlar el incendio, los alemanes arrojaron al fuego botellas de agua cargada destinadas al uso de los heridos, que se desperdiciaron sin ningún propósito. El día 24, entre las cinco y las siete de la mañana, la guarnición se retiró del fuerte, dejando en él sólo un grupo de unos treinta hombres al mando del capitán Prolio. No se puede decir que la guarnición "abandonó su puesto" con este acto, ya que el mando dio su aprobación a la maniobra y, sin embargo, parece que tenemos derecho a contrastar mentalmente esta actitud con la del pequeño grupo de soldados. bajo el mando del Mayor Raynal que mantuvo Fort Vaux hasta el final de sus fuerzas...

Cuando se produjo el ataque de la infantería el día 24, una densa niebla otoñal amenazó con causar confusión y retrasos, pero en el momento vital fue atravesada por un rayo de sol que indicaba claramente la silueta del fuerte en la cima delante de las tropas que avanzaban. En una descripción memorable, un comandante de infantería, el teniente coronel Picard, describió el fuerte, cuando de repente surgió entre las tinieblas, como si tuviera "l'effet d'une baleine échouée", el aspecto de una ballena varada. Es tentador extrapolar de esto que  Douaumont se había convertido en la práctica en una especie de Moby Dick para los franceses, que podían aprovechar cualquiera que fuera el esfuerzo que implicara. Ciertamente, el comandante de uno de los batallones de la División Colonial de Marruecos que tomó Douaumont , el mayor Nikolai, informó de su éxito en los términos más elogiosos, saludando el fuerte reconquistado como "un emblema de determinación y de poder maravillosamente recuperado". Al describir el momento clave en el que su batallón se acercó a la estructura real del fuerte, escribió, como Mangin usando el tiempo presente y refiriéndose a sí mismo en tercera persona (en una traducción de guía un tanto forzada):

El comandante del batallón, que se ha detenido al fondo del foso para comprobar que el movimiento se ha realizado correctamente, se reúne ahora con el jefe de la columna, y mientras rinde homenaje a este sagrado e inolvidable espectáculo, da órdenes de atacar las ametralladoras que empiezan a disparar desde el fondo de las casamatas. Se supera la primera resistencia y cada uno alcanza su objetivo (la operación ha sido ensayada plenamente antes del ataque). Toda oposición de las torretas también se aborda sucesivamente...

¿Valió la pena? Como ya se ha dicho (ver aquí), se ha estimado que, teniendo en cuenta los esfuerzos anteriores, Fort Douaumont  Douaumont fue recapturado a un costo de 100.000 vidas. A una época posterior puede parecer absurdo que se derramara tanta sangre para recuperar el casco moribundo en el que ahora se había convertido el poderoso  Douaumont . Pero el compromiso de retomarlo se había fijado en febrero. Para los franceses había que recuperarla, más por el hecho de retomarla que por cualquier ventaja militar que pudiera derivarse. También para los alemanes se había convertido en un símbolo poderoso: Hindenburg escribió sobre él: "El nombre  DOUAUMONT resplandece como un faro del heroísmo alemán", y el dolor por su pérdida se sentiría en toda la nación alemana. Otro comentarista, un francés, admitiría sentirse más conmovido por  Douaumont y Vaux que por el Coliseo de Roma o el Templo de Paestum. Todo esto sugiere que descartar la reconquista de

 Douaumont como un acto de orgullo inútil es juzgar seriamente mal el espíritu de la época. Incluso entre los poilus que tuvieron que llevar a cabo el ataque existía la sensación de que había que hacerlo. De ahí esta descripción de un simple soldado de infantería que escribió poco después, mientras se recuperaba en el hospital de una grave herida; Su relato comienza en el momento de entrar en acción:

Ha llegado el momento sublime. Luego, de un solo salto, vemos a las tres divisiones de ataque abandonar sus pequeñas trincheras gritando: '¡On les aura!' y lanzándose en columnas apretadas sobre las líneas del frente enemigo, confundiéndolos, sin dar tiempo a los boches para ponerse a la defensiva, tomándolos a todos prisioneros.

Qué maravilloso es ver a todos estos valientes continuar su avance con el mismo ímpetu irresistible a través de proyectiles y disparos de ametralladoras. Por todas partes podemos ver a los boches saliendo de los agujeros de los proyectiles o de sus pequeñas trincheras, con las manos en alto, llamándote: "¡Kamarade, perdón, no dispares!". Avanzamos todo el tiempo; en un barranco nos encontramos con un batallón de Boche que ha llegado como refuerzo; no tienen tiempo para desplegarse, son hechos prisioneros. Rodeamos el fuerte de

 Douaumont y casi rodeamos el de Vaux. Un regimiento lanza el primer ataque, los boches se retiran y, en un abrir y cerrar de ojos, ¡es nuestro! Avanzamos otros 700 u 800 metros más allá del fuerte. Paramos, el objetivo se logra. Y eso en el espacio de cuatro horas. Empezamos a cavar una pequeña zanja en los agujeros de los proyectiles con nuestras herramientas de atrincheramiento. Pero la piedra es dura y al cavar nos topamos con restos de troncos de árboles. Trabajamos así toda la noche para cavar un hoyo de un metro de profundidad para tener un poco de refugio durante el día. Esperamos contraataques. El día 25 es tranquilo, pero la lluvia comienza a caer y llena hasta la mitad nuestra trinchera. De todos modos tenemos que permanecer en el barro y el agua. Estamos empapados hasta los huesos, temblando de frío, también sufrimos y, sobre todo, de hambre y de sed, porque no podemos alimentarnos. Pero al mismo tiempo, un sentimiento noble llena nuestro corazón y nos alegra; Hemos expulsado al enemigo de sus posiciones, luchamos por la humanidad, por la civilización. Estamos luchando con sentimientos de valentía, fe y generosidad. Y es eso lo que nos da nuevas fuerzas y coraje.

Esto proviene de una fuente inesperada pero muy valiosa. Cuando la batalla llegó a su fin, el personal británico del Hospital de Casos de Urgencia de Revigny decidió producir una revista conmemorativa única para narrar su contribución a la batalla
 de Verdún . Finalmente se imprimió en enero de 1917 con el título (del nombre del castillo donde tenían su sede) de Le Faux Miroir. Entre muchas cosas alegres, había relatos serios de aspectos de la batalla, incluidos varios de soldados franceses heridos en la lucha por

 Douaumont . El autor de este relato (conocido sólo por sus iniciales, 'GD') también describió cómo fue herido y cómo llegó a ser atendido por Winifred Kenyon y sus compañeras enfermeras:

De repente, un proyectil de no sé qué calibre llega sin que lo escuchemos, se estrella sobre nuestra trinchera, destroza a mi compañero, me hiere en la cadera izquierda y sepulta a ambos. ¡Qué olor a pólvora! – ¡Pensé que estaba envenenado! – ¡Qué estrépito! – ¡Me quedé sordo! En ese momento sentí un dolor como si alguien me hubiera dado una patada violenta. Me habían herido; una astilla había penetrado. Permanecí así durante una hora en nuestra trinchera, con las piernas atascadas como en una prensa entre dos troncos de árbol. Cuando cesa este violento cañoneo, mi sargento y un voluntario se apresuran a sacarme de mi lamentable situación.

Por el momento mi herida no me hacía sentir tan mal, todavía podía caminar en cierto modo. Me arrastré así por el campo de batalla atravesado por los obuses, por la cortina de fuego entre agujeros llenos de agua y barro en los que caía a cada paso, porque había caído la noche.

El puesto de primeros auxilios estaba a seis kilómetros de distancia. El mayor me puso un vendaje y me dio un vale de evacuación. Todavía tuve que recorrer otros dos kilómetros para llegar a los camiones que nos llevarían detrás de las líneas. Pero ya era hora de llegar allí porque, exhausto por el cansancio y sobre todo por el dolor, no podía mantenerme en pie más.

Me pusieron en una camilla y nos enviaron en camiones a la retaguardia. Pero qué sufrimiento en el camino hacia allí; El camión daba golpes sobre la carretera rota y sentí como si me estuvieran clavando tacones de aguja en la herida.

Así que llegamos a Dugny, donde nos meten en una ambulancia, nos ponen una inyección de cocaína y nos preparan para partir. Por fin los camiones nos descargan en Souilly, donde nos cambian los vendajes. Son las 8 de la mañana del día 29 cuando nos embarcamos de nuevo en el tren; Esta vez todos dicen, es un golpe de suerte, nos vamos a la Costa Azul, y una sonrisa comienza a iluminar nuestras caras, ¡ya estamos jugando a los bolos! De repente el tren se detiene: Revigny. Nos subieron a una ambulancia, alguien me miró la herida y, al no poder curarla en el centro, el mayor me dijo: 'Vete, muchacho, al hospital inglés; ¡estarás bien!' Luego los enfermeros médicos ingleses me llevan con mucho cuidado en camilla a sus camiones y me dirijo al hospital Faux Miroir.

 

lunes, 10 de junio de 2024

Guerra con Hamas: Rescate de 4 rehenes israelíes en audaz operación


Así fue la operación del Ejército de Israel en la que fueron liberados cuatro rehenes en Gaza

La misión llevada a cabo por las tropas israelíes se centró en Nuseirat, en el centro del enclave palestino




El operativo del Ejército israelí se llevó a cabo en Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza (@idfonline)

El contralmirante Daniel Hagari, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), calificó de “audaz” la operación llevada a cabo por el Ejército en Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, en la que fueron rescatados cuatro rehenes que estaban cautivos de Hamas.

De acuerdo a lo informado por las autoridades, el nombre de la operación conjunta de las FDI, el Shin Bet y la policía para rescatar a los cuatro rehenes es “Semillas de verano”.

A las 11:00 de la mañana, hora local, agentes del grupo de élite Yamam y del Shin Bet recibieron la orden de asaltar dos edificios de varias plantas en el centro de Gaza, en Nuseirat, donde Hamas mantenía retenidos a los rehenes Noa Argamani, Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv.

Los edificios estaban a unos 200 metros de distancia. Las fuerzas de seguridad decidieron realizaron la misión en ambos puntos de forma simultánea -y no por separado- ante la posibilidad de que los terroristas de Hamas asesinaran a los rehenes tras identificar la operación de rescate.

Argamani estaba retenida por guardias de Hamas sola en la casa de una familia palestina, mientras que los otros tres estaban en otra vivienda. Según las FDI, los terroristas les pagan a esas familias para que retengan a los rehenes en sus casas.

“Fue una misión compleja y de alto riesgo, basada en información de inteligencia precisa, llevada a cabo a la luz del día en dos edificios distintos en las profundidades de Gaza (....) Estas amenazas terroristas fueron atacadas desde tierra, mar y aire para que pudiéramos rescatar a los rehenes”, apuntó Hagari.

Los rehenes permanecían cautivos en zonas civiles, sobre el suelo —no bajo los túneles—, en edificios de tres o cuatro plantas, en el que las fuerzas israelíes irrumpieron simultáneamente. Noa Argamani estaba retenida en la primera planta de una de las edificaciones, mientras que Andrey Kozlov, Shlomi Ziv y Almog Meir Jan estaban retenidos en el tercer piso de otro edificio, a cientos de metros de distancia, junto a familias gazatíes.

Con frecuencia, Hamás trasladaba a los secuestrados de un piso a otros. Y la preocupación de la Inteligencia de Israel era que, si las fuerzas sólo asaltaban un edificio, los terroristas podrían escapar con los rehenes del otro. Sin embargo, la Fuerza Aérea recopiló Inteligencia desde el aire en los días anteriores, y las FDI, junto con el Shin Bet, se hizo cargo de crear las condiciones que permitieron alcanzar los objetivos sin que Hamás decidiera disparar primero a los rehenes.

En la casa donde estaban retenidos Meir Jan, Kozlov y Ziv se produjo un intenso tiroteo, durante el cual el inspector jefe Arnon Zamora, oficial de Yamam y comandante del equipo de rescate en el segundo edificio, resultó gravemente herido por disparos de Hamas.

Cuando los tres rehenes y Zamora eran rescatados, el vehículo en el que viajaban fue atacado por Hamas y quedó atrapado. Inmediatamente otras tropas israelíes llegaron al lugar para rescatarlos y los llevaron a un helipuerto improvisado en Gaza.

Para ello fue esencial la actuación de la Yamam, la unidad élite de contraterrorismo de la policía de Israel, experta en operar en entornos urbanos.

El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, calificó de "audaz" el operativo en el que fueron rescatados los cuatros rehenes en Gaza

“Las fuerzas israelíes se han estado preparando para esta misión de rescate durante semanas. Se han sometido a un entrenamiento intensivo; arriesgaron sus vidas para salvar las vidas de nuestros rehenes. Esto es lo que hacemos en Israel: arriesgamos nuestras vidas para salvar las vidas de nuestros rehenes”, agregó Hagari. Y concluyó: “Cuando decimos que haremos todo lo posible para que nuestros rehenes vuelvan a casa, lo decimos en serio. No dejaremos de luchar por su libertad. Cualquier otro país decente del mundo haría lo mismo”.

Al llegar a suelo israelí, el agente herido fue inmediatamente trasladado a un hospital para recibir tratamiento.

La operación se llevó a cabo entre tropas del Ejército, agentes del Shin Bet y la fuerza de élite Yamam, en dos puntos en el corazón de Nuseirat.

El momento en que los rehenes rescatados llegan a Israel

“En una heroica actividad operativa, nuestros combatientes lograron liberar a cuatro rehenes del cautiverio de Hamas y devolverlos a su hogar en Israel”, celebró el ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien siguió la operación desde la sala de mando que se llevó a cabo “bajo intenso fuego”.

Por su parte, un funcionario de Gaza informó a la agencia Reuters que al menos 50 terroristas de Hamas fueron abatidos durante el operativo contra Nuseirat y otras zonas del centro de Gaza.

Al menos 80 personas han muerto y decenas han resultado heridas como consecuencia de los ataques israelíes lanzados este sábado contra varias zonas del centro de Gaza, principalmente en Nuseirat, escenario de la operación de rescate de los rehenes.

Los terroristas de Hamas reportaron numerosas bajas tras los ataques israelíes en Gaza

El balance provisional ha sido recogido por fuentes médicas palestinas y publicado por la agencia oficial palestina Wafa. Testigos de la agencia hablan de un bombardeo “sin precedentes” que ha durado más de una hora, en Nuseirat, Deir al Balá, Zueida y Bureij.

El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, bajo control de los terroristas de Hamas, reportó un “gran número de muertos y heridos” en este ataque israelí.

El jefe del Estado Mayor de las FDI, el teniente general Herzi Halevi, habló con el comandante de la Yamam, el comandante 'Het' (su primera inicial en hebreo) para elogiar a la unidad por su «acción valiente y decidida» y para pedir el cambio de nombre de la operación a 'Operación Arnon', en honor a Zamora.

«El margen entre el éxito y el fracaso en una operación de este tipo es muy estrecho», aseguraron los militares, enfatizando la dependencia de la tecnología excepcional de la Inteligencia Militar y el Shin Bet. «Sin actividad terrestre y maniobras en el territorio de Gaza, tales operaciones no podrían tener éxito».

Según las FDI, «la operación fue planificada durante muchas semanas con simulacros, planes de rescate y potencia de fuego coordinada, junto con varios escenarios y respuestas». Pero hubo un imprevisto: el vehículo que transportaba a los tres rehenes se atascó y fue objeto de intensos disparos, lo que casi perjudica la misión. Sin embargo la 98.ª División se apresuraron a ayudar en el rescate del vehículo y los helicópteros de evacuación se adentraron en Gaza a plena luz del día.

En la batalla de rescate participaron tres brigadas, durante las cuales Zamora fue evacuado al hospital, donde fue declarado muerto. Otros soldados también resultaron levemente heridos. Las brigadas participantes incluyeron la Séptima Brigada Blindada, la Brigada de Paracaidistas y la Brigada Kfir, en colaboración con Shayetet 13 y otras fuerzas especiales. Para mantener el secreto, miles de soldados de las brigadas participantes desconocían la naturaleza de la misión hasta que ocurrió, preservando el elemento sorpresa. Sólo un pequeño número de comandantes fueron informados sobre la operación el viernes en varios niveles. Estas fuerzas fueron posicionadas en los puntos de lanzamiento correctos sin revelar los detalles de la misión.


El rescate se produjo ocho meses después de que comenzara la guerra en Gaza.

"Fue a una escala como la de Entebbe", señaló el portavoz principal del ejército israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, haciendo referencia al rescate por parte de Israel de 100 rehenes en Uganda en 1976.

Actuando según información de inteligencia, y después de cruzar a Gaza desde Israel, dijo que comandos especializados allanaron simultáneamente dos apartamentos residenciales en Nuseirat donde estaban retenidos los rehenes.

En uno de los apartamentos se encontraba como rehén Noa Argamani, de 26 años. En el otro estaban Shlomi Ziv, de 41 años, Andrey Kozlov, de 27, y Almog Meir Jan, de 22.

Hagari comentó que no estaban en jaulas sino en habitaciones cerradas y rodeadas de guardias.



Pie de foto, No es la primera vez que Israel realiza una operación de este estilo.

Por el Prof. Kobi Michael.

La operación «Arnon» (originalmente llamada “Semillas de Verano”) para liberar a cuatro rehenes de un sitio en Nuseirat en la mañana del 8 de junio de 2024, ha planteado un grave dilema para Hamás, exponiendo todas sus vulnerabilidades en términos de penetración de inteligencia, capacidad operativa, la capacidad para proteger sus activos más importantes y, especialmente, el uso cínico y cruel que hace de su gente como escudos humanos.

Las críticas públicas contra Hamás están aumentando y es probable que continúen a medida que se haga evidente el alcance de la destrucción de la guerra y el daño causado a todos los habitantes de la Franja de Gaza.

En los días previos a la guerra, cuando la organización tenía plena fuerza y ​​control operativo y de inteligencia sobre la Franja de Gaza, se sabía que Hamás se beneficiaba de las lecciones aprendidas de los reveses operativos y los éxitos israelíes.

Pero con la mayoría de sus capacidades militares y de inteligencia desmanteladas, y mientras está ocupado preservando y protegiendo los restos de su organización después de una severa guerra y mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan asediándolo y mientras la cadena de mando ya no funciona con regularidad; a la organización le resultará difícil llevar a cabo los procesos de extracción de lecciones fundamentales como lo hizo en el pasado.

Esto significa que la organización quedará vulnerable y expuesta, y es probable que esta idea esté impregnando la conciencia de sus líderes que se esconden del largo brazo de las FDI.

Sin la capacidad de investigar, extraer lecciones y reorganizar los sistemas organizativos, y considerando el valor de los rehenes como el certificado de seguro definitivo para la supervivencia de Hamás y sus dirigentes, se debe suponer que los líderes, que todavía controlan efectivamente a la mayoría de los rehenes, optarán por endurecer las condiciones de cautiverio para aquellos que aún están vivos y que no se encuentran en las inmediaciones de Yahya Sinwar en su escondite.

Probablemente preferirán transferir a algunos de los rehenes a los túneles activos que siguen bajo el control de Hamás.

Aquellos que no puedan ser trasladados a los túneles probablemente serán transferidos a nuevos escondites, mientras que las condiciones de su cautiverio, seguridad y vigilancia se volverán más severas.
Debido a las condiciones en la mayoría de las áreas de la Franja de Gaza, incluyendo el desuso de muchos túneles (incluso si no fueron destruidos y las líneas de suministro desde los importantes túneles estratégicos que fueron destruidos ya no existen), la presencia militar israelí, y una guerra activa en algunas zonas; Hamás tendrá dificultades para trasladar a los rehenes.

Los rehenes son el activo más importante de Hamás en sus relaciones con Israel y los mediadores, y Hamás comprende la gran sensibilidad de Israel respecto del destino de los rehenes, así como la presión pública y política para su liberación.

Debemos estar preparados para que Hamás utilice el chantaje psicológico y emocional para presionar a Israel y a los mediadores, en particular a Estados Unidos, para que lleguen rápidamente a un acuerdo que se acerque más a los términos de Hamás, que Israel se niega a aceptar.

Se espera que la sociedad y el liderazgo israelíes enfrenten días difíciles de manipulación y chantaje emocional junto con una gran incertidumbre respecto de la conducta de Hamás respecto de los rehenes.

Este será un momento de desafío para la nación, una prueba para su liderazgo y sociedad, su cohesión social, su resiliencia social y nacional, así como para el grado de determinación y prudencia política de Israel.

Pero, además de estas dificultades que tenemos ante nosotros, es importante recordar que el liderazgo de Hamás también enfrenta dificultades importantes.

Esta es también la hora de la verdad para toda la organización, así como para la sociedad palestina en la Franja de Gaza.

Y bajo las condiciones actuales, el precio del fracaso palestino será alto y severo hasta el punto de ser existencial, y es dudoso que los líderes de Hamás comprendan la magnitud de la hora que les espera.

Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies

miércoles, 26 de enero de 2022

Revólver de asalto RSh-12 (Rusia)

Revólver de asalto RSh-12 de 12,7mm

Modern Firearms



El revólver de asalto RSh-12 ( Револьвер Штурмовой РШ-12 ) es un arma muy inusual, desarrollada a pedido de las unidades antiterroristas rusas de élite. Es un revólver para hombre CQB / limpieza de habitaciones definitivo, que se puede usar con una sola mano, por ejemplo, por los hombres de punta de los equipos de entrada, que llevan un escudo balístico en su "otra" mano. Está diseñado para disparar una munición extremadamente potente de 12,7x55 mm, diseñada originalmente para el rifle de asalto ASh-12 .

Revólver de asalto RSh-12

En términos de potencia y energía de boca, este formidable cartucho equivale aproximadamente a .500 SW Magnum. La munición de 12,7x55 mm no tiene reborde y está disponible con proyectiles subsónicos pesados (PD-12 con bala de 32 gramos / 494 granos), proyectiles AP supersónicos con núcleo de acero endurecido (PS-12B con bala de 16,2 g / 250 granos) y supersónicos cortos. proyectiles de gama con núcleo de aluminio ligero (PS-12A con bala de 7 g / 108 granos). El mismo sistema también está disponible con cámara para la munición subsónica de 9x39 mm notablemente menos poderosa, pero aún altamente efectiva, utilizada originalmente en el rifle de asalto con supresión AS y el rifle de francotirador con supresión VSS. La versión 9x39m se llama revólver RSh-9. Es algo más ligero que la versión básica de 12,7 mm y tiene una cilindrada de seis rondas de 9 mm, a diferencia de la cilindrada de cinco rondas de 12,7 mm del revólver RSH-12.
Desarrollado por TSKIB SOO (Oficina Central de Diseño de Armas Deportivas y de Caza), ubicado en la ciudad de Tula, se cree que los revólveres RSh-12 y RSh-9 están en servicio limitado con las unidades de élite antiterroristas del FSB ruso.

Para contrarrestar el fuerte retroceso de una munición masiva de calibre 12,7 mm / .50, el revólver de asalto RSH-12 tiene un diseño interesante e inusual. Primero, dispara desde la cámara inferior (6 en punto), para reducir la subida del cañón. En segundo lugar, presenta una acción de retroceso corto, en la que el cañón y el bastidor superior con cilindro pueden retroceder contra el bastidor de agarre. Sin embargo, a diferencia de otros revólveres accionados por retroceso, como Webley-Fosbery o Mateba, esta acción de retroceso se usa solo para comprimir el resorte interno del martillo; La rotación del cilindro se efectúa únicamente mediante el amartillado manual del martillo, ya sea al tirar de él con el pulgar para un disparo de "acción simple", o mediante un gatillo en un disparo de "acción doble". Como tal, el martillo tiene dos resortes (uno comprimido manualmente y otro comprimido automáticamente por retroceso), lo que ayuda a mantener el gatillo DA relativamente ligero para disparos rápidos de seguimiento. Se proporciona seguridad manual en ambos lados del marco de la empuñadura, por lo que el revólver se puede llevar "amartillado y bloqueado" cuando sea necesario.

La capacidad del cilindro es de cinco rondas para RSh-12 y seis rondas para RSh-9. Para recargar, el cilindro gira hacia la izquierda como en la mayoría de los revólveres tradicionales, y las cajas disparadas se expulsan simultáneamente presionando la varilla de expulsión. Las rondas frescas se pueden cargar una a una, o utilizando cargadores rápidos especialmente desarrollados, disponibles en ambos calibres. Se toman medidas especiales para asegurar un ajuste perfecto entre el cilindro y el cañón durante la descarga, por lo que ambas pistolas se pueden usar con supresores de sonido de desmontaje rápido (silenciadores).
Para mitigar aún más el retroceso, el cañón del revólver está equipado con un freno de boca / compensador.

Las miras estándar son de tipo fijo. Los rieles Picatinny se proporcionan encima y debajo del cañón para la instalación de ayudas de observación (es decir, miras de punto rojo o láser) y otros accesorios. Una culata de hombro desmontable opcional se puede unir a la empuñadura para formar una carabina compacta y potente.

  Revólver de asalto RSh-12

Por último, debemos mencionar dos carabinas revólver de caza civil-legales, desarrolladas por TSKIB SOO para el mercado ruso. Esos son MTs-569 en 12,7x55 mm y MTs-570 en 9x39 mm . Esas carabinas se diferencian del revólver de asalto RSh-12 por tener un cañón notablemente más largo y una culata de hombro fija permanentemente, que deben cumplir con la ley de armas rusa.

 


RSh-12 RSh-9
Tipo de disparador Acción doble
Calibre 12,7 x 55 mm 9х39 mm
Peso vacío, g 2000 1600
Longitud, mm 310 303
Longitud del cañón, mm ? ?
Capacidad, rondas 5 6

 





jueves, 5 de agosto de 2021

Brunei: Maniobras con el sultán al lado

Su Majestad el Sultán y Yang Di-Pertuan de Brunei Darussalam atestiguan el ejercicio Hikmat Bersatu VI / 2021

Ministerio de defensa de Brunei



Ejercicio Hikmat Bersau VI / 2021 (todas las fotos: Brunei Mindef, Borneo Bulletin, MediaPermata)

BOLKIAH GARRISON - Su Majestad el Sultán Haji Hassanal Bolkiah Mu'izzaddin Waddaulah ibni Al-Marhum Sultan Haji Omar 'Ali Saifuddien Sa'adul Khairi Waddien, Sultán y Yang Di-Pertuan de Brunei Darussalam, presenció hoy el Hiku VI / 2021 en ) Ejercicio.



Acompañando a Su Majestad el Sultán y Yang Di-Pertuan de Brunei Darussalam estaba Su Alteza Real el Príncipe Haji Al-Muhtadee Billah, Príncipe Heredero y Ministro Principal de la Oficina del Primer Ministro.



A su llegada a Bolkiah Garrison, Su Majestad fue recibido por Yang Berhormat Pehin Datu Lailaraja, Mayor General (Retirado) Dato Paduka Seri Haji Awang Halbi bin Haji Mohd Yussof, Ministro de Defensa II; y el general de división (Udara) Dato Seri Pahlawan Haji Hamzah bin Haji Sahat, comandante de las Fuerzas Armadas Reales de Brunei (RBAF). Luego, Su Majestad fue presentado a los jefes del equipo organizador del ejercicio.



Posteriormente, Su Majestad fue invitado a visitar la Sala de Información del Centro de Operaciones Conjuntas en la que el Comandante de la RBAF pronunció su discurso de bienvenida y, posteriormente, siguió con la sesión informativa operativa presentada por el General de Brigada Dato Seri Pahlawan Haji Abdul Razak bin Haji Abd. Kadir, Comandante de la Fuerza Conjunta de la RBAF.



Después de la sesión informativa, Su Majestad recorrió el Centro de Operaciones Conjuntas y sus componentes y luego abordó el Blackhawk S70i para dirigirse a la Aldea de Lucha en Áreas Construidas (FIBUA) en la Guarnición de Penanjong.



A su llegada a la pista de aterrizaje de Penanjong Garrison, Su Majestad fue recibido por el Coronel (U) Haji Haszahaidi bin Haji Ahmad Daud, Comandante del Instituto de Capacitación RBAF antes de dirigirse a la Aldea FIBUA.



Al llegar a FIBUA Village, Su Majestad fue recibido por el Coronel Azman bin Haji Bangkol, Subcomandante de la Fuerza Terrestre Real de Brunei (RBLF) y luego fue informado por el Teniente Coronel Haji Alimin bin Haji Subohi, Comandante del Tercer Batallón, RBLF antes presenciando una operación conjunta realizada por la RBLF y el Regimiento de Fuerzas Especiales (SFR), combinada con el apoyo de las Fuerzas Británicas Brunei. Esta operación demostró la capacidad de la RBAF para realizar operaciones combinadas en una variedad de entornos complejos a medida que las Fuerzas avanzaban hacia un entorno urbano.



Tras mudarse de la guarnición de Penanjong, Su Majestad abordó el Blackhawk S70i y fue trasladado en avión a KDB DARUTTAQWA para presenciar una operación de interdicción marítima. A su llegada, Su Majestad fue recibido por el Capitán Khairil Haji Abdul Rahman, Comandante de Flota de la Armada Real de Brunei (RBN). Su Majestad luego fue testigo de la operación en la que Su Alteza Real 920 Mayor (Udara) el Príncipe 'Abdul Mateen era miembro del equipo que realizaba una operación de rescate de rehenes en un barco secuestrado.



Luego, Su Majestad abordó el Blackhawk S70i para dirigirse a la base naval de Muara, donde la llegada de Su Majestad fue recibida por el capitán Haji Mohamad Sarif Pudin bin Matserudin, comandante adjunto RBN.



Al final de la visita, Su Majestad asistió a un almuerzo con el Ministerio de Defensa y altos funcionarios de la RBAF en el Comedor de Oficiales de la Marina Real de Brunei. Después del almuerzo, Su Majestad recibió una "pesambah", seguida de la firma del Pergamino Real y una sesión de fotografías grupales.



El ejercicio HB VI / 2021, se centra en un escenario centrado en la contribución de las fuerzas armadas para hacer frente a amenazas de seguridad no tradicionales como el terrorismo y las actividades ilegales del crimen organizado. El ejercicio comenzó el 26 de julio de 2021 y está previsto que finalice el 31 de julio de 2021. Este ejercicio también cuenta con la asistencia de la Fuerza de Policía Real de Brunei, la Unidad de Reserva Gurkha y el Segundo Batallón de Rifles Reales Gurkha.


lunes, 1 de julio de 2019

Guerra de las Dos Rosas: El sitio de la Casa Basing

El sitio a la Casa Basing

Weapons and Warfare



El sitio de Basing House fue uno de los eventos más célebres de la Guerra Civil. De hecho, hubo tres asedios el primero, el 11 de julio de 1644, cuando el Coronel del Parlamento Richard Norton asedió al Marqués de Winchester. El primer sitio había resultado difícil, por lo que el segundo estaba destinado a ser transportado por artillería a distancia. Dos grandes morteros fueron enviados al sitio el 20 de julio con "buzos" para causar el problema asediado. Se cree que estos morteros fueron capaces de disparar piedra, así como la capa de mortero. Llegaron el 28 de julio y arrojaron 361 b piedras a la casa, así como a los que trabajaban en la casa o los caracoles. Los proyectiles tenían más probabilidades de haber sido el arma terrorista porque su capacidad explosiva no podía defenderse. Cargar los morteros era un asunto peligroso y que requería mucho tiempo, ya que la cáscara tenía que cargarse y luego colgarse de una barra con dos cadenas para colocarla en el hocico. No está claro cuándo se llegó a la idea de que la quema del propelente encendería la mecha al mismo tiempo, pero algunos manuscritos lo mencionan, mientras que otros no. El mayor temor era que los proyectiles explotaran en la boca del mortero antes de ser disparados y, por lo tanto, a menudo se los cubría con una forma de pintura para evitarlo.

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En el momento del estallido de la guerra civil inglesa en 1642, Basing House pertenecía a John Paulet, el quinto marqués de Winchester, que era partidario del rey Charles I. En consecuencia, las fuerzas parlamentarias invirtieron a Basing House en tres ocasiones diferentes, con los realistas rompiendo con éxito los dos primeros asedios.

El asedio final comenzó en agosto de 1645 cuando el coronel John Dalbier, con 800 soldados, tomó posición alrededor de las murallas. La guarnición resistió, a pesar de los refuerzos adicionales a la fuerza atacante, hasta que Oliver Cromwell llegó con un pesado tren de asedio. Para el 13 de octubre de 1645, la Casa Nueva había sido tomada y las defensas de la Casa Vieja habían sido violadas. El asalto final tuvo lugar a través del enlace de la Casa Nueva. Se llevaron muchos bienes valiosos y un incendio destruyó el edificio. Al igual que con otras casas y castillos destruidos en ese momento, su piedra vestida se vendió en una subasta. Se alentó a los aldeanos locales a que reemplazaran los paneles de chaparrones y chaparrones en sus casas con ladrillos de la casa, o que construyeran nuevas casas de ladrillo.

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El rey Carlos I enfrentó muchos problemas políticos y económicos durante los primeros años de su reinado. Para 1640, Inglaterra se había involucrado en la Guerra de los Obispos en Escocia y el Rey necesitaba dinero para apoyar a sus tropas allí. El Parlamento se negó a conceder tal ayuda sin mejores leyes e impuestos. El rey Carlos no cumpliría con sus términos, y luego de dos años de conflicto y críticas, los británicos estaban sobrecargados con lo que se consideraba como las acciones injustas y opresivas del monarca. Cuando el rey intentó arrestar a varios miembros de la Cámara de los Comunes, el Parlamento estaba indignado. Luego exigió el control de los arsenales locales. Fue rechazado. Charles dejó Londres para Nottingham, donde, en agosto de 1642, levantó su Royal Standard personal y declaró la guerra al Parlamento de Inglaterra.

En este momento, muchas familias en Inglaterra y Gales ahora debían considerar sus lealtades. Para un hombre, esta fue una decisión más fácil que para la mayoría. John Paulet, quinto marqués de Winchester, residente de Basing House en Hampshire, estuvo a la altura del lema familiar, "Aymez Loyaulté" - Love Loyalty - y apoyó al Rey.

Paulet se había propuesto fortificar su mansión palaciega y recolectar armas para mil quinientos hombres, algún tiempo antes de estos eventos; pero a estos se le obligó a vender por orden de la Cámara de los Comunes. Solo con seis hombres y seis mosquetes al estallar la Guerra Civil, fue atacado rápidamente por las fuerzas parlamentarias. Sin embargo, el pequeño grupo logró vencer estos ataques iniciales y el Marqués pudo fortalecer su posición. Comenzó a ofrecer refugio a los amigos necesitados: entre ellos, el anciano Thomas Fuller e Iñigo Jones.




A fines de julio de 1643, el Marqués fue fuertemente atacado por el Coronel Norton de Southwick Park y el Coronel Harvey, "un hombre de seda en descomposición", que recientemente había dispersado a una multitud de mujeres que exigían la paz en Londres. El ataque se suspendió por un tiempo, pero la ayuda llegó justo a tiempo con la llegada del teniente coronel Peake y cien mosqueteros de Oxford. Entre las nuevas caras en Basing había otros dos artistas que buscaban un santuario: el grabador, William Faithorne, y el artista, Wenceslas Hollar. Otro fue el hombre de las letras, Thomas Johnston, el primer hombre en escribir un libro sobre la flora inglesa. Era un hombre de gran coraje, pero fue asesinado a tiros durante el largo asedio en Basing.

Harvey y las tropas Roundhead se retiraron pero, unos días más tarde, el ataque comenzó de nuevo en serio. Las bandas entrenadas de Londres, predecesoras de los Royal Marines, fueron traídas para lidiar con la fuerte guarnición "papista" de quinientos en Basing. Sin embargo, las fortificaciones de la casa habían sido mejoradas y el ataque fue sostenido con solo once cañones y mosquetes. Catorce y medio acres ahora estaban siendo defendidos. El grabado de Hollar, realizado durante una pausa, muestra la extensión de los terrenos.

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Las bandas entrenadas se retiraron diciendo que Basing House era más grande que la Torre de Londres. Así que Sir William Waller avanzó desde el castillo de Farnham con siete mil hombres para acabar con el Marqués y sus seguidores. Se ofreció a las mujeres y los niños el pasaje gratuito desde la ciudadela, pero se negó, y comenzaron nueve días de duros combates. Waller intentó asaltar el lugar pero, después de tres días de salvajes combates, se vio obligado a retirarse a Farnham una vez más, "habiendo deshonrado y magullado a su ejército". Además, el General Realista, Lord Hopton, estaba en marcha para relevar a Basing.

El 18 de agosto de 1643, el Parlamento declaró al marqués de Winchester culpable de alta traición y sus vastas propiedades en todo el país fueron confiscadas. Sin embargo, esto tenía poco efecto en John Paulet, después de todo lo que había pasado. Basing House, con el castillo de Donnington cerca de Newbury, ahora custodiaba el camino hacia el oeste y Winchester estaba decidido a mantenerlo el mayor tiempo posible. Lord Hopton sostuvo la ciudad de Winchester para el Rey y ayudó mucho a Basing. Como era un hombre de Cornualles, se dio cuenta de lo importante que era su posición. Muchos asaltantes partieron de Basing para provisiones y hubo espías en ambos lados. Hay registro de una sola. A Tobias Beasley, quien hizo balas en Basing, se nos dice, "mostró una gran renuencia a salir de la escalera".


Varios lugares fortificados, como Basing House en Hampshire, fueron capturados por asalto. Después de asediar el lugar, los atacantes comenzaron a cavar trincheras hacia las paredes. A medida que se acercaban, las baterías de cañones comenzaron a bombardear las paredes para crear una brecha. Una vez que se logró esto, se realizó un asalto con las tropas cargando hacia la brecha. Los parlamentarios bajo el mando de Oliver Cromwell irrumpieron en la Casa Basing el 14 de octubre de 1645.


En diciembre de 1643, algunos cocineros reales llegaron a Basing con algunos de los caballos del Príncipe Rupert. Esto llevó al rumor de que el rey había retirado mucha plata y otros tesoros de la fortaleza. La tradición nos dice que el propio Marqués exclamó: "Si el Rey no tuviera más terreno en Inglaterra, sino en Basing House, lo aventuraría como él lo hizo y así lo mantendría hasta el extremo, reconfortándose a sí mismo de que Basing House se llamaba Lealtad".

En marzo de 1644, Waller salió victorioso en la batalla de Cheriton, no muy lejos, lo que interrumpió los planes del Rey. Hopton hizo bien su retiro a Basing y volvió a Oxford, a través de Reading. Winchester y Basing eran ahora los únicos lugares que le quedaban al Rey en todo Hampshire.

Parte de la guarnición de Basing comenzó a desanimarse. El propio hermano del marqués, Edward, se volvió traidor y abrió negociaciones con Waller. La trama solo fue descubierta después de la inesperada deserción del Roundhead, Sir Richard Granville, quien reveló todo. Lord Edward se salvó de su vida pero se vio obligado a actuar como verdugo de sus compañeros conspiradores.
A lo largo de 1644, la guarnición resistió fuertes asaltos. Sin embargo, no habrían durado el invierno si no hubiera sido por el valiente Coronel Sir Henry Gage, quien marchó desde Oxford con tropas de socorro, teniendo que luchar contra números abrumadores en Chineham Down. Sin embargo, lograron reunirse con las familias y perseguir a los Roundheads de Basingstoke, recoger sus tiendas y llevarlos a Basing. Pero, cuando Gage se fue nuevamente a Oxford, los Roundheads pronto regresaron. A pesar del hambre y la enfermedad, la pequeña guarnición resistió, haciendo balas de plomo en los techos y rechazando todas las formas de rendición.

El día de mayo de 1645, quinientos protestantes realistas salieron de Basing, después de una disputa religiosa y viajaron al Castillo de Donnington, todavía sin poder y en poder del Rey; pero el galante Sir John Boys, él mismo protestante, les negó muy bien la admisión. Sólo un pequeño cuerpo de católicos, sus esposas, hijos y algunas mujeres ancianas quedaron en Basing, pero duraron todo el verano y todas las demandas de rendición fueron nuevamente rechazadas. Luego, el 8 de octubre, el propio Oliver Cromwell llegó con una brigada del Ejército de Nuevos Modelos, recién salido de la captura de una de las ciudades más antiguas de Inglaterra, Winchester. Basing House era el lugar que quedaba en Hampshire que aún se mantenía para el Rey. El final estaba a la vista, pero la guarnición iba a bajar luchando.

El día 13, una última patrulla fue enviada y los prisioneros capturados incluían al Capitán Robert Hammond, más tarde el carcelero del Rey en el Castillo de Carisbrooke. Luego, en la mañana del 14 de octubre de 1645, al amanecer, los Ironsides lanzaron un ataque final y la toma de Basing House. La pequeña guarnición nunca podría haber detenido a estos nuevos soldados, pero se dice que se sorprendieron mientras jugaban a las cartas. Esta historia es poco probable, pero una frase se ha popularizado y "Los clubes son triunfos, como cuando se tomó Basing House" es un, ahora poco conocido, lamentablemente, dice Hampshire. El asalto final no duró mucho. Tres mil hombres fueron empleados en el ataque y otros cuatro mil asaltaron la casa. No había escapatoria. Sin embargo, los hombres lucharon hasta la muerte a punta de espada. Al final, solo había doscientos prisioneros, entre ellos mujeres y niños.

Luego vino el saqueo. Todas las mujeres y la mayoría de los hombres fueron despojados de sus ropas. La mayoría de los hombres fueron ahorcados, sin duda los cuatro sacerdotes católicos. Los soldados Roundhead tomaron todo lo que pudieron. Cromwell recolectó un cuarto de millón de libras de botín en Basing ese día, lo que calificó de "buen estímulo". Luego, la casa fue incendiada, algunos dicen que por accidente, pero muchos de la guarnición, unos setenta y cuatro aún vivos, murieron en las llamas.

Por último, Cromwell dejó entrar a los aldeanos y no les tomó mucho tiempo quitar los ladrillos para reconstruir sus casas. Del Marqués, estuvo preso en el Bell Inn en Basingstoke antes de ser llevado a la Torre. Cromwell le salvó la vida y le permitió escapar a Francia. Después de la restauración, regresó a Inglaterra y se retiró a la propiedad de su esposa, Englefield House en Berkshire. Su memorial se puede ver en la iglesia allí con un epitafio de Dryden. Sobre su tumba real yace una sencilla losa de mármol azul, pero con palabras poderosas. Se lee: "Aquí está el cuerpo del príncipe más noble y poderoso, John Powlet, marqués de Winchester, conde de Wiltshire, barón San Juan de Basing, el más marqués de Inglaterra. "Un hombre de piedad ejemplar hacia Dios y la fidelidad inviolable a su Soberano por cuya causa fortificó su casa de Basing y la defendió contra los rebeldes hasta el último extremo".

domingo, 30 de diciembre de 2018

Tácticas de asalto: Avanzar irreflexivamente

Asaltando con los huevos en la mano


Esto fue algo que se vio en el asalto al Hyper Cacher en la Porte de Vincennes, París. Apenas se levanta la persiana eléctrica (que no sé como lo lograron los técnicos del GIGN) se encuentra el pelotón de asalto del GIGN divido en dos secciones a cada lado de la puerta de acceso. Un hombre (oficial/suboficial) del GIGN se asoma (¿imprudentemente?) intentando abatir al delincuente con una pistola siendo que era de conocimiento público que el terrorista portaba una Kalashnikov.
Apenas se inicia el tiroteo el gendarme avanza (solo, sin respaldo) y tiene que "huir hacia adelante" guareciéndose a un costado mientras el terrorista siguió incólumne hasta que su propia decisión de avanzar sobre las fuerzas (en una actitud suicida premeditada) es lo que le provoca la muerte.

¿Por qué esa actitud del jefe del asalto?

"No se preocupen muchachos, ¡ya lo tengo!"




No es la primera vez que pasa en este cuerpo especial francés. En el asalto al avión de Air France vuelo 8969 el líder del asalto también perteneciente al GIGN encaró sólo, armado únicamente con un revólver, hacia la cabina del avión de pasajeros donde se parapetaban tres terroristas y fue cocido a balazos (sobrevivió pese a todo) precisamente por un hombre armado con una Kalashnikov.

La película L'Assaut (2011) reprodujo muy ilustrativamente el asalto. La escena específica del asalto a la que hago referencia comienza a los 5m18s.



Asaltar una posición o un edificio sin dudas exige coraje y preparación. Uno opina desde el desconocimiento de la experiencia real. Sin embargo, es evidente que esa posición de toma de este tipo de riesgos conlleva la alta posibilidad de ser blanco del fuego defensivo. Resulta interesante plantear si el aprovechamiento de la sorpresa a través de la velocidad y la voluntad de avanzar (who dares wins?) compensa con una victoria final en cada caso en particular. En cualquier caso, en el caso que nos remite, avanzar con un revólver o una pistola contra el fuego automático de un Kalashnikov, aún considerando el blindaje corporal, parece a todas luces desaprensivo. Una operación especial bien diseñada debe considerar la reducción de las bajas del grupo especial involucrado a cero.

Suena también triste recordarlo, pero las únicas bajas de la casi perfecta Operación Rosario (la toma de la casa del gobernador y barracas militares británicas en Malvinas) fue producto de un asalto a un edificio donde se desconocía la posición de los tiradores enemigos. En ese caso en particular, el esfuerzo fue innecesario dado que las fuerzas ya estaban rodeadas y solo bastaba esperar su rendición.