Movilización y alistamiento total
- La narración sobre la movilización y alistamiento del Ejército Argentino durante la crisis del Beagle en 1978-1979 refleja un momento de alta tensión en la historia militar del país. La orden de alistamiento total implicó un esfuerzo masivo de preparación y despliegue de tropas, reflejando la seriedad con la que se consideraba la posibilidad de un conflicto armado con Chile.
- El relato detalla cómo las unidades militares se reorganizaron, adaptaron y se movilizaron en un corto período, subrayando la rapidez y el rigor del adiestramiento. Un aspecto interesante es el cambio de denominaciones de algunas unidades, como en el caso del Regimiento 12, que pasó a ser el Regimiento 142 para confundir al adversario, lo que demuestra las estrategias de engaño empleadas durante este período.
A comienzos de la crisis del Beagle, todas las unidades del Ejército Argentino recibieron órdenes de alistamiento y movilización. El adiestramiento se intensificó y se completaron los cuadros de organización, tanto en personal como en material. Algunas unidades duplicaron sus efectivos y equipos.
En esa época, existían grandes depósitos de alistamiento en las principales guarniciones militares, algunos de los cuales eran suficientes para formar desde cero unidades de combate completas. Ciertas unidades, al modificar su estructura para cumplir con las misiones asignadas y con la intención de confundir al adversario, cambiaron su denominación y numeración. Por ejemplo, el Regimiento 12 pasó a llamarse Regimiento 142 antes de su despliegue en Güer Aike, en Santa Cruz. Por esta razón, muchas de las unidades mencionadas durante el despliegue no son identificadas correctamente.
Batallón de Protección 101
Otras unidades se formaron a partir de Institutos de Formación, como fue el caso de los Liceos Militares. El Liceo Militar General San Martín recibió la orden de formar el Batallón de Protección 101. Los liceos militares de Mendoza y Córdoba recibieron órdenes similares.
Los oficiales del cuerpo de cadetes y los suboficiales conformaron el núcleo de la unidad. Se convocó a oficiales de reserva ya graduados de la universidad o que no estuvieran estudiando (la mayoría tenía entre 24 y 28 años). Se convocaron dos promociones anteriores. La unidad se concentró en los cuarteles de cadetes del Liceo, realizando su adiestramiento en Campo de Mayo.
Inicialmente, surgieron problemas disciplinarios significativos, propios de personal convocado que llevaba años sin vestir el uniforme. La unidad se organizó en una Compañía Comando y Servicios y cinco (5) Compañías de Seguridad, alcanzando un total de 1100 hombres, todos bajo el mando del teniente coronel jefe del Cuerpo de Cadetes.
El armamento estaba compuesto por pistolas Ballester Molina de 11,25 mm, ametralladoras Madsen y fusiles Mauser nuevos provenientes de depósitos en Monte Chingolo. "Recuerdo cuando sacábamos esos Mauser nuevos de las cajas de madera, con esa fina capa de lubricante alemán aún colocada", rememoraba un viejo teniente coronel de reserva que, siendo capitán, se desempeñó como jefe de compañía. También había pistolas ametralladoras M-3 y Halcón en calibre 11,25 mm. El armamento de apoyo incluía morteros Brandt de 81 mm y cañones Oerlikon monotubo de 20 mm. Todo el material, aunque anticuado, era nuevo y provenía de depósitos.
La columna vehicular se armó con camiones de Vialidad Nacional y camionetas Ford F-100 carrozadas y de doble cabina de la empresa de electricidad SEGBA. Para cuando llegó la orden de detener el alistamiento, más de la mitad de la columna ya había sido pintada de verde oliva en los talleres del Liceo.
La zona de responsabilidad asignada era el suroeste de la provincia de Buenos Aires, La Pampa y el noreste de Neuquén. Debían ejecutar el control zonal y la seguridad de instalaciones y caminos en apoyo al despliegue y abastecimiento de las fuerzas de primera línea. La principal amenaza era el sabotaje por parte de connacionales chilenos en la zona de retaguardia. Eran prácticamente tareas de Policía Militar.
Solo fracciones menores de reconocimiento se adelantaron a la zona de responsabilidad asignada. La mayor parte del Batallón no llegó a desplegarse.
A fines de enero de 1979, la unidad fue desmovilizada, llevándose a cabo una formación para despedir al personal y entregar certificados. La bandera de guerra del Batallón Protección 101, finamente confeccionada, se conserva en la sala histórica del Liceo Militar "General San Martín".