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sábado, 7 de octubre de 2017

Malvinas: Robacio dirige magistralmente la artillería del GAAerot 4

Relato del SubTte Juan Gabino Suarez, Jefe de "la última pieza" del Grupo de Artillería Aerotransportada 4


Relato nuevamente porque el CN (contra-almirante Carlos Hugo Robacio) merece que lo recordemos como corresponde, viviendo y reviviendo sobre una parte de su vida.
¡¡¡No me voy a cansar de repetirlo!!!!!


Nuestro Asiento en la Guerra, Monte Zapador (Puerto Argentino, Islas Malvinas, República Argentina) y una sucursal en San Carlos con la Batería "A" 
 


Al artillero de campaña le encante estar viendo donde caen los disparos es decir como OA (observador adelantado) y cuando uno es Jefe de la Sección Piezas, no le queda otra que usar la imaginación para recrear lo que esta sucediendo sin posibilidad de verlo. De esta forma uno se acostumbra a adelantar las órdenes básicas que dará el OA después de los dos primeros disparos. Resulta que el método para llevar el proyectil al blanco es el "Encuadramiento" lo que en artillería se llama "Reglaje del tiro". El encuadramiento consiste en obtener datos precisos e inequívocos del lugar donde deben caer los disparos. Por eso un primer disparo que da en el blanco, no se considera como válido. Les cuento esto previamente para que se hagan una idea del trabajo del OA y lo que describo es lo que se aprende en la escuela y por ello "Escolástico". Sucede que con la experiencia uno tiende a simplificar el reglaje y esto deja de lado lo escolástico. Se debe ser escolástico y al menos eso dicen los reglamentos. ¿Sino para que estudiamos?.
Primero se encuadra en dirección y luego en alcance y aquí es donde nos encanta achicar las distancias, buscamos de hacer las dos cosas al mismo tiempo, lo que esta mal.
Luego la artillería tiene su toque sexy y es el uso que se hace de la misma. Puede ser tan letal como inútil, todo depende de quien dirija los fuegos. Barreras de fuego, concentración de haces, haces divergentes, series, ráfagas, etc, etc, es lo que se usa para un mejor aprovechamiento de esta arma.
Cuando comenzamos a ejecutar las misiones de fuego que pedía el CN [Carlos Hugo] Robacio, me di cuenta que no se alejaba ni un milímetro de lo que aprendimos en el Colegio. Comenzando por un PIF (Pedido Inicial de Fuego) completo, es decir haciendo una descripción del blanco con sus medidas de frente y fondo, distancia al blanco y deriva (medida desde el norte magnético). De esta manera "TODOS" sabíamos de que se trataba la misión de fuego. Fíjense la importancia de algo en lo que generalmente se omiten detalles que predispone a todos los soldados y cuadros del servicio de pieza y CDT (Centro de Dirección de Tiro), CAF (Coordinador de Apoyo de Fuego) y a todos los que escuchan a trabajar de una forma distinta, con todo el ímpetu, voluntad y espíritu de sacrificio. La tenía Muy Clara el CN.  
 

CN Carlos Robacio en Malvinas
 

Con la variación entre el primer disparo y el segundo, no me quedaban dudas que el viejo no llevaba el disparo directo al blanco sino que buscaba "Encuadrar el Blanco" entre los dos disparos. La diferencia era grande. El primer disparo no fue tan cerca del blanco. Ustedes hagan de cuenta que el primer disparo cayó muy a la derecha y por eso el CN estaba obligado a poner otro a casi igual distancia hacia la izquierda. Por qué?. Porque de esa manera la medida media dará en el blanco. Y luego hace la ultima corrección en dirección y ya van tres disparos. El cuarto buscó encuadrar en distancia y el 5to fue "10 Ráfagas en eficacia". Esto que hizo el CN es de escuela y lo entendía perfectamente. Nunca trabajamos juntos antes de la guerra pero era fácil leer sus pensamientos. Pensaba lo que está escrito en los reglamentos y no se apartó de ello.
Después de cada misión de fuego (esas primeras 10 ráfagas) el OA rinde cuentas del resultado obtenido y las palabras del CN Robacio eran elocuentes y eufóricas por el éxito.
Pero ¿a qué le tirábamos?. Si a los ingleses, ¿pero a cuales?. Si ellos pidieron el apoyo de fuego era porque los estaban atacando y el ataque estaba entre los 100 y 150 metros de ellos o quizás menos, al alcance de los fusiles. Pero el grueso del ataque venía más atrás, a unos 250/300 metros. Lo que hizo el CN Robacio fue cortar al enemigo en dos, impidiendo que el grueso se sume al ataque.
Por allí comenzó. A los que estaban más cerca los combatían desde las trincheras. Así fue corriendo el lugar de los disparos acercándolos a la posición del BIM5, buscando de eliminar la amenaza inminente. Llega un momento en que el operador de plano del CDT pincha su alfiler en la mismísima posición del BIM5 y allí se para para avisar que no se puede tirar sobre la corrección que habían recibido. En ese mismo momento le informan al CN que las correcciones indican que tiraremos sobre ellos. El responde "¡¡¡¡Están entre nosotros. Nos metemos en los pozos y tiren", "¡¡¡Tiren, tiren, tiren!!!!". Se enojó en CN porque el fuego se demoraba.


Con las Piezas Enterradas igual les seguíamos dando batalla  


No recuerdo cuantas ráfagas se tiraron sobre la posición del BIM5 pero fueron muchas y cuando digo muchas me refiero a más de 100 o 200 disparos.

Luego de eso las correcciones comenzaron a variar, como que el CN los quería empujar más allá en la retirada que hicieron los ingleses.
En un momento pide una barrera de fuego. Esto requiere cálculos para cada uno de los obuses para que todos los proyectiles caigan en una misma línea y así los fue empujando mas lejos hasta que cesó el fuego.
El CN manejó los fuegos de artillería de una manera magistral a mi entender. Sabía perfectamente lo que hacía. Jamás consultó algo. Siempre ordenó.
Que destreza me manifestó en el manejo de los fuegos por medio de sus órdenes. Un artista, un director de orquesta, un militar profesional.

¿Qué buscaban los ingleses atacando al BIM5? ¿Una operación de distracción? ¿Conquistar y quedarse en esa posición y desde allí lanzar el ataque a PA (Puerto Argentino)? ¿Medir la capacidad de defensa en esa zona? ¿Medir la capacidad de reacción?.
Se conocen muchos combates pero de éste en particular se habla muy poco, se habla poco en relación a las preguntas que hago.

Espero haber colaborado en perfeccionar sobre el conocimiento profesional del CN Robacio.


Una de nuestras piezas de artillería, en los 1ros dias la cual fue nuestra posición de combate, ¿sera la emblemática? por su posición, todavía estaban los postes de alambrados en pie y los camaradas del BIM 5 más adelante construyendo sus posiciones, discúlpenme por traer estos recuerdos de esos obuses que supieron frenar al enemigo inglés, hasta quedarnos sin que tirarles (Monte Zapador, Puerto Argentino, , Rep Argentina)

Las fotos pertenecen a la cuenta de facebook del SubTte Suarez.

domingo, 11 de junio de 2017

Biografías: CN (VGM) Carlos Hugo Robacio (Argentina)

Adiós a un héroe 

Carlos Hugo Robacio comandó nada menos que al Batallón de Infantería de Marina Nº 5 durante la guerra de Malvinas (1982) y los combates que libró fueron memorables. Fue un patriota, ejemplo de entrega y coraje. Murió el 29 de mayo de 2011, a los 76 años. Ahora descansa en paz en el cementerio de Bahía Blanca. 


 
Robacio, durante un adiestramiento de 1981 con el BIM5, antes de la guerra por las Malvinas (1982). El último a la derecha es el Capitán Giachino, primera baja de la recuperación de las Malvinas. 

Durante la guerra de Malvinas hubo desempeños excepcionales de la Armada Argentina. Entre ellos, el de nuestra Aviación Naval, reconocida en todo el mundo por su pericia, precisión y efectividad, y el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM5). 

En este último caso, los jefes británicos pidieron conocer al comandante de esos hombres que se asemejaban a “demonios tirando”; al comandante de esos hombres que no pudieron hacer retroceder. Ese comandante era el entonces capitán de fragata de Infantería de Marina Carlos Hugo Robacio. 

Con el tiempo, ya con el grado de contralmirante y en situación de retiro, Robacio repasaría una y otra vez su experiencia al frente del BIM5, llegando a redactar el libro Desde el frente, que recorre los más de 70 días del batallón en las islas, sus percepciones y experiencias, los detalles de aquellos momentos de gloria y dolor. 

Cita:
“Había llegado la orden de repliegue. Sobre nuestras posiciones caían mil proyectiles de obuses por hora, además del bombardeo naval, más los aviones y los helicópteros. Era tremendo… También recuerdo que, en el momento de decidir el contraataque, llamo a los oficiales de mi Estado Mayor y les cuento mi plan. Ellos se miran entre sí. No dicen nada. Cumplen. Pero después del 14 de junio, a mí me había quedado una duda: ¿por qué se miraron entre ellos? Un día se los pregunté. Me dijeron que pensaban que yo estaba loco. Entonces seguí preguntando: ¿Y ustedes qué hubieran hecho, aún así? “Hubiéramos cumplido la orden… Eso era el BIM5”, contó alguna vez.


Retroceder, nunca
Como comandante del Batallón de Infantería de Marina Nº 5, el entonces capitán de fragata Carlos Hugo Robacio estuvo a cargo de los hombres que se negaron a retroceder en Malvinas. Comandó a 700 Infantes de Marina (entre personal de cuadro y conscriptos) y alrededor de 200 hombres del Ejército Argentino durante los combates desarrollados en el monte Tumbledown, Sapper Hill y monte William. Allí enfrentaron a dos batallones de paracaidistas ingleses, a la guardia real inglesa y a los gurkas. Lo hicieron hasta agotar toda su munición.

“Fue el primero en llegar y el último en irse de Malvinas”, recuerda el suboficial mayor Carlos Sini, que en aquel entonces era cabo segundo del batallón de Robacio. Ahora, cumple funciones en el Comando de la Fuerza de Infantería de Marina Austral con asiento en Río Grande.

Con su mirada puesta en el recuerdo, asegura que no olvidará la figura del comandante pidiendo el alistamiento para ir al frente de batalla.



“Estábamos desplegados haciendo nuestra segunda o tercera salida al terreno. Cubríamos desde Hito I, en el extremo norte de Tierra del Fuego, hasta la cabecera del lago Fagnano, en el centro. Se ordenó el repliegue del batallón y nos reunió a todos en la plaza de armas. Pidió a la gente que no se desaliste, que en menos de lo que pensábamos tendríamos que estar en Malvinas. Nos habló de muerte y de heridos. Dio opción. Todos elegimos ir”, relata Sini

El pasaje a la isla comenzó por aire en la madrugada de 7 de abril de 1982. Al otro día estaban todos en Malvinas y no hubo que esperar mucho para el bautismo de fuego.

Cita:
"Si exigía sacrificios, era el primero en sacrificarse."


"El 1º de mayo sucedió el primer ataque británico y en ese momento –recuerda Sini– el capitán Robacio utilizó el sistema de radio y dijo 'la guerra ha llegado. El enemigo está presente. Les deseo suerte a todos'. Esa noche el batallón tuvo su primer muerto."



Robacio recorrió todas las posiciones del batallón durante los 72 días que estuvieron desplegados. No estaban cerca; había 10 o hasta 12 kilómetros entre ellas. Pero él estuvo al lado de su gente en todo momento. "Si exigía que caminen, era el primero que caminaba. Si exigía sacrificios, era el primero en sacrificarse; fue un líder por naturaleza”, cuenta Sini.

Y es que el ejemplo es la mejor forma de asumir y ejercer el liderazgo en el combate. Los Infantes de Marina sabían del riesgo al que estaban expuestos, su comandante se los había dicho, debían estar en el terreno frente a un enemigo más grande. Por ello la labor de Robacio mereció el reconocimiento enemigo, porque es en la total desventaja capaz de desmotivar a cualquier hombre donde se torna fundamental la orientación del líder. Su voz cohesiona corazones, moviliza voluntades, da valor en momentos en donde todo se desploma. Los resultados dan apenas un ejemplo del talento y determinación del entonces capitán Robacio: 16 muertos y 105 heridos contra más de 350 caídos de las fuerzas británicas.

Pero también sus palabras dieron otro ejemplo, años después, vinculadas a la humildad con la que un hombre de su desempeño vivió a pesar de las glorias obtenidas: "Yo no soy ni bravo ni valiente ni nada por el estilo. Soy un hombre común. Tengo miedo cuando cruzo la calle. Pero en Malvinas no pude tener miedo. No pude tenerlo porque creo que Dios no me dejó tenerlo, y la preocupación por mis hombres, su entrega, obviamente no me podían permitir el privilegio de tener miedo", declaró alguna vez el almirante Robacio.

Condujo estoicamente a sus hombres en todo momento y quienes fueron parte de aquel feroz batallón marcaron a fuego en su memoria cada acción del comandante. “Él siempre nos llevó al límite en tiempos de paz. Nos fue formando y forjando. Sabía que teníamos que estar preparados para algo más duro, ver morir al camarada al lado y seguir peleando –dice Sini en un tono reflexivo–. Supo conducir a su gente y no titubeó cuando tuvo que ponerla en combate.”

Cita:
El BIM5 soportó durante más de 40 días el fuego naval y de artillería sobre sus posiciones. Defendió hasta la última piedra agotando toda su munición.


De igual manera el suboficial mayor de Infantería de Marina Daniel Benítez, hoy destinado en la División Veteranos de Guerra y en aquel entonces cabo segundo, recuerda al contralmirante Robacio como un comandante que, pese a todas las inclemencias, siguió combatiendo y contraatacando. De carácter firme pero siempre al lado de la tropa.



“Dado su accionar fue admirado por comandantes gurkas y galeses y reconocido por el Ejército Argentino y demás fuerzas”, concluyó Benítez quien participó del conflicto como miembro del BIM5 en la zona de Sapper Hill.

Fue como un padre para muchos
Carlos Robacio dejó --además de su familia compuesta de su mujer Estela, sus 2 hijos Carlos y Edda y sus 5 nietos-- a un puñado de hijos que lo adoptaron como un referente de la vida, ya que muchos de sus hombres llegaron a considerarlo un segundo padre. Y también dejó un legado para los oficiales y suboficiales de la Infantería de Marina: la necesidad del adiestramiento. Es esa preparación para el combate lo que une al espíritu actual del BIM5 con el de los héroes de Malvinas.

Con su figura desaparece otro de los grandes jefes de la Armada Argentina en el campo de batalla, de los que tuvo la Nación Argentina en la defensa de nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Entre sus laureles se encuentra la condecoración de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate; la del Congreso de la Nación a los Combatientes de Malvinas; y las del Ejército Argentino “Orden a los Servicios Distinguidos” y al “Merito Militar” en grado de Comendador. También le dieron las medallas “Cruz Peruana al Mérito Naval” y “La Legión al Mérito” en grado de Comandante de la República del Perú.

Sin embargo, el valor más alto en sus 76 años fue el afecto de su gente, de la familia naval que lo honra y admira, de los compatriotas que volvieron con él y gracias a él de nuestras Malvinas, y de los familiares de los héroes que quedaron allá custodiando eternamente ese suelo y que reconocieron en su figura a la de un comandante ejemplar que no dejó a nadie atrás en la batalla.

El contralmirante retirado Carlos Hugo Robacio falleció en Bahía Blanca el pasado domingo 29 de mayo de 2011. Con él se fue un referente militar y guerrero, un ejemplo de ética profesional que no dudó en arriesgar su vida y la de sus hombres en la defensa de la Patria, pero sobre todo, que no vaciló en cuidarlas, dando una lección de conducción y liderazgo.

Foto de Carlos Robacio como comandante del Batallón de Infantería de Marina N° 5

Fuente:
ESPECIAL de GACETA MARINERA digital